Por Raúl Sánchez Carrillo
Iniciando la semana con la publicación del Decreto que pone fin a las añejas pensiones a los expresidentes de México, con algunas imprecisiones del presidente de la Mesa del Senado Martí Batres que todavía no se aprende que es la Ciudad de México y ya no el Distrito Federal y que la ley de sueldos se llama de Emolumentos, Andrés Manuel López Obrador, presidente electo, se reunió con sus cercanos colaboradores y después de dar un manazo en la mesa para que dejen de hacer lo que se les da la gana y también se dejen de enfrentar como Martí Batres con Porfirio Muñoz Ledo o de hacer declaraciones a lo pendejo como Mario Delgado Carrillo.
La publicación en el Diario Oficial de la Federación contiene el Decreto que expide la Ley Federal de Remuneraciones de los Servidores Públicos reglamentaria de los artículos 75 y 127 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicano y se adiciona el Código Penal Federal.
Con esta Ley, los expresidentes de la República Mexicana dejarán de que las pensiones que se les venían entregando y obliga a que ningún servidor público perciba sueldo superior al del Presidente de la República, que a partir del 1 de diciembre se este año, será de 108 mil pesos mensuales, 60 por ciento menos de lo que gana Enrique Peña Nieto hasta el mes de noviembre.
Para que no haya dudas, el Decreto especifica no podrá cubrirse ninguna remuneración mediante el ejercicio de partidas, cuyo objeto sea diferente en el presupuesto correspondiente, salvo que las transferencias se encuentren autorizadas en el propio presupuesto o en la Ley aplicable.
Siete principios rectores y ocho artículos, integran el decreto del que han surgido opiniones de las posibilidades de Amparo. Lo cierto es que la medida de quitar el sueldo de ex presidentes encontró gran respaldo pero también gran rechazo.
Acto seguido, AMLO, se reunió con los empresarios y concesionarios del suspendido proyecto del nuevo aeropuerto de Texcoco y se pusieron sobre la mesa todos, todos los temas que atañen a los hombres del dinero privado.
Un total de 19 empresarios desde Carlos Slim, ausente por estar de viaje pero representado, de Carlos Hank, y un 92 por ciento del empresariado involucrado en el proyecto de Texcoco, estuvieron a lo largo de dos horas con el presidente electo ante quien plantearon todas sus inquietudes e inconformidades por haber sido suspendida la magna obra que de acuerdo al presidente saliente, Enrique Peña, continuaría con los trabajos del proyecto, hasta el ultimo día de su administración, es decir hasta el día ultimo de este mes de noviembre.
Si bien, la reunión de empresarios con el presidente electo tuvo toda una estructura de avance, se irán conociendo que y los comos de la suspensión total de los trabajos de Texcoco y de lo rescatable para trasladarlo a Santa Lucía en donde se trabaja primero en el proyecto ejecutivo, en tanto se realizan estudios para la modernización del saturado aeropuerto de la CDMX y el de Toluca, lo que podría llevar de tres a cinco años.
Por lo pronto ya fue nombrado como director del sistema de aeropuertos, el ingeniero mecánico Gerardo Ferrando Bravo, doce años director del Metro y director de la faculta de Ingeniería de la UNAM.
Para concluir portada de una revista fundada por el desaparecido Julio Scherer García donde se muestra el rostro de AMLO y las cabezas de lo que llevaría al tabasqueño al fracaso. La publicación causó ámpula, a pesar de que Julio Scherer Ibarra, que fue todo un exitoso gestor y ex colaborador de Enrique Molina, empresario prófugo acusado de fraude en la exportación azucarera y con mas del 45 por ciento de las acciones de Proceso, de nada sirvió la decisión editorial de lo publicado el pasado domingo. El titular jurídico de la presidencia, Scherer Ibarra, no pudo ni le aceptaron intervención alguna que evitara lo publicado el pasado domingo.
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