México, 25 Abr 2017.- El canciller Luis Videgaray Caso señaló que las rebajas fiscales, así como impuestos a remesas e importaciones mexicanas, serían elementos dañinos en la relación bilateral entre México y Estados Unidos, por lo que el gobierno mexicano estará atento al plan fiscal estadunidense.
Al comparecer ante la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados, agregó que si se presentan dichas acciones México actuará «con absoluta firmeza», con todos los recursos disponibles en los ámbitos nacional e internacional.
Aseguró que las remesas son un tema no negociable, pues para México no sólo son un flujo de divisas macroeconómico, sino sustento fundamental para muchas familias, en particular de escasos ingresos y del medio rural.
«Este es un asunto que significaría un punto de quiebre en cualquier diálogo”, manifestó el titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) ante los diputados.
En tanto, sobre el impuesto que Estados Unidos pretende imponer a importaciones de México, Videgaray Caso estimó que el consumidor estadunidense es el que pagaría las consecuencias, además esa medida iría contra los tratados de América del Norte y las reglas de la Organización Mundial de Comercio (OMC),
Expuso que la idea de atentar en los créditos fiscales ha sido expresada muy brevemente, «por lo que habríamos de analizarla pero tiene todas las características de un acto discriminatorio que pudiera ser atacado por diversas vías jurídicas, tanto en Estados Unidos, como ante instancias internacionales”.
“Estaremos muy atentos, y ojalá por el bien de la relación, y sobre todo de los mexicanos en Estados Unidos, estas medidas no aparezcan en el plan fiscal”, expresó.
En cuanto al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), el canciller enfatizó que “debe seguir siendo sobre el libre comercio» y no se aceptará «cualquier tipo de renegociacion».
«Si vamos a ir a la imposición de aranceles, de cuotas, o de cosas que restrinjan la verdadera libertad de comercio y el acceso de los productos mexicanos manufactureros, agrícolas, o de los servicios a Estados Unidos, no tenemos por qué aceptar”, sostuvo.
En todo caso, aseveró Videgaray, es preferible «abandonar el tratado que tener una mala negociación del mismo, y en eso hemos sido claros públicamente con y hacia el gobierno de Estados Unidos”.