Según el texto, el terrorista usó granadas y un rifle automático causó más 100 víctimas entre muertos y heridos.
Los extremistas indicaron que esta acción es en «venganza» por los bombardeos contra musulmanes que efectúa Turquía en territorio sirio, por lo que acusa al gobierno de Ankara de ser «servidor de la Cruz».
Turquía apoya a las facciones rebeldes en Siria y desde agosto pasado participa por tierra y aire en una operación para combatir al EI en el norte del país vecino.
El atacante entró hacia la 1:30 de la madrugada (hora local) en la exclusiva discoteca Reina de Estambul armado con un rifle automático y disparo a decenas de personas que festejaban la llegada del Año Nuevo. Entre los 39 fallecidos, hay 16 extranjeros.
Luego logró huir del lugar, que se ubica a unos 300 metros de una comisaría, durante el caos que se generó, y ya es buscado por la policía que cuenta con los primeros indicios sobre su identidad.
En medio del caos y pánico que se desató en el centro nocturno, el autor dejó el arma y su abrigo en el local antes de darse a la fuga. Sin embargo, la policía no encontró huellas dactilares en sus pertenencias.