Carlos Ramos Padilla
Tres puntos importantes en relación a la movilidad debe tomar el Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, José Ramón Amieva. El primero, determinar la nula funcionalidad operativa de los Verificentros y dejar de ver a estos como un negocio contra el bolsillo de los particulares. Durante este año, sus cuatro primeros meses no se ha presentado contingencia ambiental alguna y los puntos de inspección de contaminantes automotrices han estado cerrados. Se deberia ser más estricto con los que ofrecen servicio de mecánica automotríz para que los autos funcionen adecuadamente y sujetar a una revisión exigente a los camiones de basura, del transporte público y autos oficiales. Segundo, si bien los policias de tránsito son hoy muy exigentes en aplicar multas a todo aquel que use el celular mientras maneja, deberían mejor poner en orden y sancionar severamente a los motociclistas. Estos se han convertido en un verdadero dolor de muelas en la capital. Hacen lo que les viene en gana, no respeten al reglamento, andan a lata velocidad por el carril que les conviene, se tratan a las banquetas se meten entre los autos, se pasan los altos, en fin, habrán de meter mano y dura contra estos, repito, los motociclistas. Tercero, detener la anaquía del transporte público. Hacen lo que quieren, usan las calles como pistas de carreras, contaminan, circulan a exceso de velocidad, traen pasaje de más, hacen paraderos en vías primarias, congestionan, usan claxon de locomotora y son en verdad agresivos y majaderos. Si los policias de tránsito en verdad cumplieran con sus obligaciones y colocaran en su sitio a los microbuseros y camioneros, la fluidez y circulación en la ciudad mejoraría notablemente. Estos tres puntos deberán dar solución en el gobierno de la capital, es urgente.