Se comenta solo con…Los medios esos, los medios



Carlos Ramos Padilla

Con respeto siempre a mis fieles compañeros de transmisiòn de «En La Noticia», Ruben Cortes, Karla Iberia, Ricardo Alemàn y Carlos Marin.

Debemos aceptar que las formas y fondos en todo estàn resintiendo modificaciones. Los grandes teoricos pierden terreno ante la dinàmica actual salpicada de ocurrencias y a veces disparates. Lo clàsico, lo «normal», lo educado cuenta menos. Los anti-sistemas. los derrocamientos, la absurda corrupciòn, la ausencia de càtedra y hasta de respeto estàn de moda. De siempre los grandes e indicutibles aliados entre el gobierno y la sociedad eran, asì en pasado, los medios de comunicaciòn, digamos un enlace natural. Hoy eso se pierde. Los catedràticos de enciclopedia estiman que el nuevo gobierno, el de Morena, debe fortalecer a los medios de comunicaciòn, tenerlos cerca, compartir y armar informaciòn. Estiman eso debe y tiene que ser. Pero hay tres ejemplos claros de que la cadena de evoluciòn de èsta teorìa se viene abajo. Uno, vayamos al extremo radical de la dictadura, la imposiciòn y la izquierda manipuladora. El nombre es Nicolàs Maduro, el paìs: Venzuela. Maduro ha declarado la guerra a sus crìticos, a los medios, a quienes no emapaten con sus ridìculas formas de gobierno. Los amenaza, los cierra, los calla, los censura y en el extremo los «nacionaliza». Dos, en el otro punto del cordel, el del dominio mundial, el de la exagerada promociòn de la libertad: Donald Trump, pais: Estados Unidos. Ahì la soberbia, el imperio de la fuerza, la arrogancia ha hecho que trump un dìa y el otro demerite la labor del periodista. Los aniquila a travès de las redes sociales, los ofende, los reta. Habla de las «fake news», impulsa la falta de confianza en las televisoras, ataca a la prensa. El New York Times le advierte lo peligroso que implica romper con los medios de comunicaciòn. Al magnate «le vale». Usa los microfonos cuando le conviene sòlo para sus propositos. Ahi tambièn hay evidente alejamiento con el gremio. Tres, Lòpez Obrador. No cree en los medios pero los usa para engrandecer sus propòsitos. El organiza, diseña, implementa y opera sus propias conferencias de prensa. Marca agenda y sus modos los obligan a diseñar fòrmulas de sarcàsmo que  su forma màs rudimentaria es expresar «lo que diga mi dedito». Sòlo contesta cuando quiere hacerlo. Sòlo va a los medios que le diseñan espacios para crecerse. Donde le preguntan algo que le incomode se aleja, no vuelve. Hoy plantea reducir todas las àreas de «comunicaciòn social» o de plano desaparecerlas. Centralizara la informaciòn en quizà una o dos personas a nivel nacional, no màs y en sus planes de auteridad se contempla quiza la reducciòn del presupuesto destinado a la comunicaciòn hasta en un 65%. Asì las cosas y por ello los reacomodos, las sopechas de presiones, el menosprecio ya no al oficio, sino a la profesiòn del periodismo. Estàn, se dan y vienen muchos reacomodos. Habrà sin duda presiones, muchas y habremos de seguir anàlisis de comportamiento como los que suguieren a diario personajes como Raùl Trejo, Pablo Hiriart o Beatriz Pages. Ni modo, vamos al mundo de las sospechas, nos acercamos a buscar informaciòn, quizà no confiable, en las redes. Lo tradicional ya no cuenta màs.

Previous Se comenta solo con...La república bolivariana

Next El ciclo escolar 2018-2019 iniciará con certeza laboral para los maestros