Se comenta solo con…La UNAM y Graue



Carlos Ramos Padilla

La UNAM debe ser el núcleo, el motor principal del país. Los jóvenes no deben ser rehenes de nadie ni nada. El profesor es el eje, la guía. Ahí en sus pasillo no se escribe el presente sino el futuro, es la incubadora de los mejores proyectos construidos por los más dotados. Sin embargo hay quienes intentan dinamitar los cimientos de lo más preciado, hay insanos, malformados, resentidos, amargados que esconden sus vergüenzas y origen, su rostro e identidad en una capucha para en el anonimato insultante lastimar a los demás. Son manos grotescas que cobran dádivas por arrojar un petardo o secuestrar una instalación que les pertenece a todos dentro de la Máxima Casa de Estudios. Nunca esos cobardes llegarán a acercarse a la estatura moral, ética e intelectual de los catedráticos. Nunca podrán medirse, menos compararse con los preclaros. Jamás siquiera podrían entablar un diálogo sensato con Enrique Graue, Juan Ramón de la Fuente, Jose Narró, Francisco Barnés,Arturo Sarukhàn, Guillermo Soberón, Jorge Carpizo, Octavio Rivero…No entienden lo que presa y representa la Casa de Estudios, pero esos tipos, es una posibilidad de saqueo. Esos malvivientes se han aprovechado de la flaqueza de las autoridades federales que les regalan impunidad, de algunos políticos que les financian sus delitos. Por eso están ahí, porque se les ha permitido burlarse de la nación y se les hace creer que en breve asumirán cargos de poder en la administración pública. Sólo hay que revisar en qué situación estamos hoy en día. Enrique Graue es un hombre de bien, tan patriota como quienes han dirigido a la UNAM para enlistarla en las mejores del mundo. Saben que conducen a los sabios del país, que conviven con la inteligencia nacional, que negocian con el talento y promueven la superación. Por eso duele que un puñado de vándalos comprometan la educación de miles que aspiran a ser más dignos, más limpios, más íntegros. Apostamos a quienes pretenden todos los días abrir un nuevo libro y no cargar trozos de roca para descalabrar a otros. Preferimos a aquellos que ingresan a un laboratorio que a esos que arroja petardos y explosivos. Hay niveles, calidades y clases. Otros muestran rapiña, ruindad, mediocridad. Los auténticos universitarios debemos estar integrados, unidos y siempre en defensa de nuestra Alma Mater. Hay debemos mostrar solidaridad con nuestro líder, Enrique Graue, como en otros tiempos difíciles lo hemos hecho con nuestros rectores. La UNAM es nuestra joya. Dar espacio a los dinamiteros es arriesgarlo todo e incluso acepta que la violencia pudieses ser un camino. Que los jóvenes no caigan ni en provocaciones ni en agresiones. Lo peor que pude suceder en estos momentos es darle fuerza a los gandallas y permitir que los centros de estudio se cierren. No hay que cambiar los diálogos por bloqueos, ni las razones por insultos.

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