Carlos Ramos Padilla
Después de “mandarnos a descansar” López Obrador decidió que este viernes se dará a conocer el futuro de uno de los proyectos más ambiciosos en la historia del país, me refiero al nuevo aeropuerto de la Ciudad de México, una construcción que sirvió como desafío i causó en la campaña electoral bajo la pro esa de cancelarlo por completo, Lugo dijeron se llamaría a consulta popular, más tarde a una evaluación técnica y ahora a la decisión de un gobierno que aún no inicia. La base de Santa Lucía fue una propuesta como alternativa sin siquiera considerar un serio a un análisis de aeronáutica o a consideraciones de carácter de seguridad nacional dado que es una aérea bajo resguardo de la Fuerza Aérea Mexicana. La inversión, los contratos, los convenios y proyectos ya están en marcha. Esto significa millones y millones de pesos en una infraestructura más que necesaria para el país y que por décadas hemos retrasado. Parece incongruente, contradictorio que se hable de un Tren Maya pero se intente cancelar una avenida aérea que nos traería más inversiones, más comercio, más turismo. Este viernes será clave en la historia del país, o damos un paso hacia a futuro o nos caemos en un pasado que de inmediato generaría desconfianza en el mundo empresarial y de inversionistas. O nos lanzamos al aire o nos quedamos en pista, veamos que nos dicen los nuevos doctos.