De oficio reportero: Excesos, Feminismo y delincuencia


Por Raúl Sánchez Carrillo

Seré cuidadoso al tratar este tema que tiene, de una parte muy importante la razón que asiste a las mujeres para manifestarse en protesta a la poca o nula atención que dan las autoridades de los tres niveles de gobierno, de los poderes legislativos e incluso judiciales ante los abusos, violaciones, feminicidios, discriminación, lesiones e insultos de los que son objeto las féminas por solo serlo.

Les asiste la razón cuando señalan lo que padecen en un país que de pronto, destapó la cloaca del maltrato a las mujeres, sin duda de parte de cobardes y poco hombres que cuando son detenidos se vuelven suplicantes de perdón, miedosos de las autoridades, mas aun si como antes, eran objetos de unas madrizas como las que les ponían a las mujeres que o bien padroteaban o a sus parejas formales.

No pocas veces vi como reportero policíaco, mujeres con el rostro tumefacto, con los ojos cerrados y morados negruzcos, por los golpes de su pareja.

Los argumentos eran casi los mismos. Escenas de celos, alcoholismo, cobardía en todos.

Sin embargo, las mujeres hartas de esto, comenzaron primero denunciando, después abandonando el hogar para refugiarse en centros de protección de domicilio anónimo. Miles llegaban con hijos o solas, pero ya a salvo.

Las manifestaciones y protestas de las mujeres, subieron de tono. Aparecieron las que con pintura de spray separaban la protesta  del grafiti, del letrero en demanda de justicia. Todo eso duró poco, porque aparecieron las delincuentes, que mujeres al fin,  se mezclan en las marchas y ahora roban, destruyen lo que tengan a su paso. Vitrinas, paraderos de autobuses, estaciones del metro, comercios, fachadas. Todo.

Surgen las preguntas obvias. Y quien les da los mazos, los martillos, las varillas, la pintura, los cursos de destrucción que aplican en su andar por Reforma, Cinco de Mayo, Zócalo, Av Juárez, o de la República.

Han dejado no una  ni dos, muchas veces la  CDMX  convertida en una asco, sucia, destruida, ofendida como los que incluso dándoles la razón de la protesta, reprobamos la impunidad que parece se acaba.

Las violentas, prepotentes e intocables mujeres que ocuparon un edificio de la CNDH en  las calles de Cuba en pleno centro de la ciudad y la convirtieron en dormitorio, bar, fumadero de marihuana, almacén de gorras de mujeres policías, escudos y hasta macanas de la autoridad, ya están en Santa Martha Acatitla . Cometieron en sus excesos, el de cobrar a los automovilistas que querían circular por esa calle. Le destruyeron su coche a una maestra que se negó a pagar por circular. Le destruyeron parabrisas, medallón, portezuelas y faros.

Fueron detenidas y sacadas de lo que creyeron era su fortaleza infinita. Están vinculadas a proceso por delitos contra la salud, robo, daño en propiedad ajena y lo que salga.

Este es el resultado de NO APLICAR LA LEY. De autoridades medrosas, débiles, disfrazadas de respetuosas.

sanchezcarrillo.tv

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