Por Raúl Sánchez Carrillo
Apenas a unos días de su Primer Informe de Gobierno, el presidente Andrés Manuel López Obrador, dio un golpe en la mesa para detener una guerra hacia adentro del partido que fundó que del que salió a la presidencia de la República.
López Obrador interviene después del choque entre Ricardo Monreal Ávila y Martí Batres Guadarrama, el primero líder del Senado de la República y el otro, en la Cámara de Diputados, por la posición de Batres a los que ahora, con mas de 40 votos de senadores de Morena, ya no lo quieren mas ahí.
Las cosas llegaron a tal tensión hacia adentro del instituto político, que el presidente amenazó que si seguían los conflictos, él, dejaría el partido pero al que demandó, si asi fuera le cambian el nombre.
Las palabras de AMLO, cimbraron a las cámaras y al partido. Tanto Batres impugnó la elección que lo dejó fuera, como Monreal impugnó el dictamen que obligaría a reponer el procedimiento de elección del nuevo presidente de la mesa directiva de la Cámara de Diputados, recayendo en la senadora tabasqueña