Carlos Ramos Padilla
Bien hacen los empresarios en pedir seguridad, pero no nada más ellos, la ciudadanía, los clérigos, los emprendedores, los estudiantes, todos demandamos ya un giro en el país que nos de tranquilidad. La tragedia de la muerte violenta y los saqueos se han incrementado dejando en ridículo a los tres niveles de gobierno, el federal, el estatal y el municipal. las páginas de los diarios y las crónicas en los medios están salpicadas de balaceras en Tamaulipas, suspensión de operaciones de empresas como Lala ne el sur de la entidad, incompetencia en el caso de los tres estudiantes de cine desaparecidos en Jalisco, robo de trenes y saqueo de furgones, actividad de huachicoleros y anoche un operativo fallido contra la piratería en Tepito que dejó el descontrol del área hasta que intervinieron mas de mil 500 granaderos. Son bloqueos en carreteras, es la constante amenaza de la coordinadora de maestros de crear caos en Oaxaca. Son los índices de brutalidad de los narcotraficantes y hoy justamente se cumple aniversario de un crimen artero contra el cardenal Juan Jesus Posadas Ocampo aquel 24 de mayo de 1993 cuando su cuerpo recibió 14 impactos de bala sin que hasta el momento haya un sólo detenido como autor intelectual, ni siquiera un móvil creíble menos una sanción a funcionario alguno. Todos queremos orden y justicia, imponer sanciones y aplicar la ley, desafortunadamente un aspirante a la presidencia, ya sabes quien, pretende amnistiar e indultar a los criminales y soporta en sus filas a gente como Nestora Salgado y alianzas con la coordinadora de maestros, quienes están señalados de secuestradores. Les llama «víctimas» de la mafia en el poder. Este es el tercer sexenio consecutivo que fracasa con las estrategias contra el crimen pero el de Peña Nieto hay que decirlo, se decidió exhibir y aprender a enormes saqueadores de la nación que desde el poder de los gobiernos estatales habían, sin importar partido, dañado gravemente la economía del país. México ya quiere contarse a sí mismo otras historias, de esas que estábamos acostumbrados, de liderazgo, de crecimiento, de cultura, de educación, no de balas, amatones, corrupción e impunidad. Merecemos otro futuro y aqui, fundamentalmente el gobierno es el responsable.