Carlos Ramos Padilla
La administración pasada, se comprobó, fueron un fraude, incluso de habló muy fuerte de corrupción. Ahora a su arranque , luego de seis meses de tregua, los verificentros nos sirven, no se conectan, no cumplen con las citas, son un fracaso. Y son un fracaso porque este año, sin su funcionamiento sólo se presentó una contingencia ambiental, debido a que son los vehículos de transporte público los que más contaminan y no los autos, porque muchos camiones, como los de la recolección de basura no cumplen con los requisitos mínimos, porque los sistemas viales de señalización obstruyen más el fluido vehicular que agilizarlo, porque se permiten plantones, marchas y manifestaciones a hora pico, porque se ponen a regar jardines en carriles de alta velocidad a mediodia. Son un cúmulo de antecedentes que permiten que revienten los índices de tóxicos en la ciudad y no únicamente el factor doméstico de los automoviles. José Ramón Amieva, el jefe del gobierno capitalino se anotaría una sabia decisión el cerrar definitivamente los centros de control vehicular y optar por más y mejores sistemas que nos permitan un ambiente mejor. Cuáles?, por ejemplo ser más estrictos con los talleres mecánicos, no con los propietarios. Poner en orden al transporte de carga y de servicio público, regular las marchas y finalmente controlar y buen a los camiones de pasajeros. Todos podemos cooperar pero no a través de sanciones y castigos. Si usted no cumple con los requisitos de inmediato es multado, los verificentros y el gobierno fallan y nada pasa. Repito hay formas de hacer mas habitable nuestra ciudad, pasarse en el abuso del poder no es la salida.