Carlos Ramos Padilla
En está ya cercanísima fecha de elecciones, primero de Julio, las redes sociales se están convirtiendo en un verdadero factor de riesgo. La gran batalla, la guerra, está ahí. 17% de los usuarios de cuentas en redes sociales son fantasmas, es decir, ni auténticos, ni existen. Pero son ellos los que más determinan el radicalismo, el insulto, y lo que es peor, las informaciones falsas que van desde encuestas amañadas hasta especulaciones peligrosos de la vida de terceros. Lo de menos son las palabras fuera de tono, las obscenidades o la carga de amargura sino en muchos de los casos, cada día más, las amenazas veladas o directas. La gran parte de estos manipuladores son contratados por los mismos partidos políticos en un intento de ganar terreno en guerra sucia ya que las redes no están reguladas, ni vigiladas ni reglamentadas. Instituciones como la UNAM son las principales voces para llamar a la alerta ciudadana. No hay que dejarse llevar por mensajes falsos de personas anónimas, vaya ni conocidas ni con nombre real. Por ello hacen un llamado a no reproducir ni imágenes, ni textos sin conocimiento y piden elevar el tono de reflexión, de comparación, de pensamiento y de análisis. Uno de los grandes promotores de mensajes apócrifos o de difamación pública, y es conocido por todos, es Epigmenio Ibarra, brazo articulado de MORENA en las redes sociales. Y con esto se pierde la confianza pero también la credulidad en las redes. Los llamados ejércitos de «bots» o «trolls» no se limitan en engrosar el número de usuarios, sino que generan «likes» e incluso comentarios que esperan se viralicen. Para ellos representa un gran negocio económico y polítcco. Casos evidentes en donde han influenciado las redes sociales y han impactado en los cambios sociales, fue en el Brexit en el Reino Unido y recientemente en las elecciones en los Estados Unidos. Los manipuladores en las redes sociales esperan hoy incidir en la jornada electoral en México y para los expertos este mecanismo ya está dentro de los limites de la tolerancia.