Se comenta solo con…Populismo engañabobos



Carlos Ramos Padilla

Venezuela y Nicaragua están en gravísimos problemas. El populismo ramplón, el engaño a los pobres y el suponer que los de abajo mandan, ha dejado una estela de daños económicos y sociales irreversibles. Han sido una estafa y hoy las consecuencias las paga el pueblo. Los ciudadanos se dejaron llevar por aquello de demoler las instituciones ya formadas e iniciar desde cero. Hicieron creer que todo lo hecho era a base de corrupción y que con la llegada de ellos, la solución era mágica. Iniciaron con asambleismos callejeros para despertar discursos de odio, triunfo el enfrentamiento social. Hicieron creer que desmantelando a los ricos, todos tendrían beneficios y nada de eso, hoy el desabasto y la represión son síntomas de unas dictaduras anacrónicas. En mucho se han mantenido porque los financian grupos clandestinos del narcotráfico, guerrillas o comités urbanos de lucha, esos con los que pactaron perdones y amnistías para prolongarse en el sillón de mando. Nicaragua y Venezuela son aisladas hoy del progreso y culpan a todos de su fracaso menos entre ellos. Piden revisión del mandato para que en manifestaciones masivas los acarreados les pidan que se queden y así, con un aplastante congreso se perpetúen por décadas en la Presidencia. El nepotismo y los abusos son sus cualidades y el enriquecimiento de una pequeña cúpula en el poder desangra gravemente al país. Las inversiones son para armarse y las reservas las dilapidan entre quienes no trabajan o son incondicionales a los gobernantes. Esa historia ha marcado a Nicaragua y a Venezuela como las naciones más retrogradas del continente, pero eso si, los pobres hoy son más pobres y sus estructuras muy, pero muy débiles.

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