Carlos Ramos Padilla
Hemos dado cuenta cómo la Ciudad de México ha cambiado su rostro con, ahora sí, la recuperación de zonas de esparcimiento, el cuidado de áreas verdes y la evidente reforestación. Parte fundamental de esto en un esfuerzo conjunto de Miguel Angel Mancera como Jefe de Gobierno y de Jorge Gaviño como Director del Metro, es la intensa obra cultural y actividades de superación personal que han emprendido.
Sin duda el Metro, nuestro Metro se ha convertido en un enorme escaparate de nuestra manifestaciones plásticas y artísticas, de nuestra herencia cultural e histórica y del reconocimiento a instituciones como la UNAM, el POLi y las Fuerzas Armadas con estaciones temáticas que también abarcan a los deportes como el boxeo, la lucha libre y a los caricaturistas mas selectos.
Esto es consecuencia de tener en el cargo a Gaviño, un personaje informado y culto. Anoche tuve la oportunidad de constatar los enormes cambios generados en la glorieta de los Insurgentes que hoy luce como en sus mejores momentos cuando, por ejemplo, la Zona Rosa ere un punto de atracción turística internacional. Se han habilitado espacios para la convivencia, fuentes espectaculares, bancas con cargadores para telefonía celular, se ha mostrado un nuevo diseño de arquitectura urbana, hay iluminación, amplios corredores, seguridad, espléndida iluminación, en ésta temporada una pista de hielo y un enorme árbol de navidad.
Eso abajo, porque la glorieta está en un plano subterránea a la superficie. Arriba la remodelación de las estaciones del Metrobus hacen el paso más fluido y los camiones cubren su ruta de manera constante bien iluminados y limpios. Anoche también se llevó a efecto un inusual pero extraordinario concierto de opera por dos extraordinarios jóvenes que vale la pena seguir en su trayectoria. Un evento que duró poco más de una hora y que trajo la atención de muchas personas que ovacionaron a Esther Ramos, a Guillermo Venegas y al pianista Emmanuel Vieyra del grupo Flor Escarlata. La velada fue espléndida con un ambiente y escenografía incomparable, aún con el frío presente.
Sin duda alguna el ánimo social anoche fue diferente para quien estuvo en el lugar. Y son de las cosas que tenemos que reconocer están mejorando nuestra convivencia diaria, con alternativas, con opciones que nos nutren y que llegando a casa nos permite platicar de innovaciones citadinas que hoy nos recuperan un nuevo aliento.