Carlos Ramos Padilla
Lo dicho, al rector Graue no le tiembla el ánimo al momento de asumir sus responsabilidades. Contra quienes se dedican a desinformar, la UNAM ha levantado los recursos jurídicos necesarios para detener a los porros, golpeadores profesionales que han dañado a la institución. Y ya se están cumplimentando las órdenes de aprehensión. Lo que llama la atención es que los identificados son y 33 años de edad, con antecedentes penales y preliberaciones. Por què? Las autoridades locales y federales tendrían mucho, pero mucho que explicar sobre esto. Quién mantiene, patrocina y apoya a estos delincuentes? Por qué los dejan libres? Cómo es que forma. Grupos porriles y de choque en la Máxima Casa de Estudios? Si, son los mismos que atracan a ciudadanos en la vía pública, si, son los mismos malvivientes que secuestran edificios públicos, si, son esos que viven del delito pero también de la absurda impunidad, léase corrupción, que está asfixiando al país. Cuando estos mafiosos se sienten desprotegidos ingresan a las càrceles para formar bandas, recibir alimentos e 8 causó protección. Negocian a través de políticos miopes su liberación y ya afuera sabemos lo que hacen. Y ahí es dónde a los activistas que mandan al diablo a las instituciones deberían de comprometerse, en desnudar a sus compinches, en tener la vergüenza para informar a la sociedad que con sus impuestos, nuestras contribuciones, se paga a estos gandallas. Lo peor que pueden hacer los verdaderos estudiantes es permitir que les cierren sus escuelas y falcultades, que los diálogos universitarios se conviertan en asambleas de adoctrinamiento. Hoy vemos que algunos jóvenes extraviados en la información y aprovechando el cierre de las instalaciones, se dedican a “grafitear” en los muros el rostro del subcomandante Marcos y en sus argumentaciones confundir los derechos de los universitarios con la lamentable desaparición de 43 muchachos en Guerrero y que muchas explicaciones tendrían que dar muchos de los que en julio ganaron las elecciones. Que pidan al exgobernador Ángel Aguirre, por cierto egresado de Prepa Seis, que converse con los muchachos sobre el ejercicio del poder, el abuso a través de éste, la complicidad con los Abarca, la desaparición de los estudiantes, el comercio de drogas en el Estado…esos son los temas que deberían girar en los “petitorios”, en las demandas. Que no los confundan y que los politiqueros los lleven al rincón que les conviene. Que les expliquen el tráfico de armas y drogas en la allá en Ayotzinapa. Que vean que todo eso se debió a un tejido de deformaciones desde el poder, el político, no el estudiantil. Ya se nos olvidó el héroe anónimo que falleció en una estación de gasolina al impedir que ésta estallara cuando una serie de cobardes lanzó bombas molotov a las bombas dispensadoras de combustibles. Por qué no piden el nombre y castigo para estos criminales, o la vida de ese joven vale menos que la de los 43 desaparecidos?. Cuidado que la mecha no la enciendan otra vez inocentes que caen en las mentiras de los provocadores, si de esos que incluso le inventan enfermedades al rector para buscar atragantarse con sus intereses apátridas.