Carlos Ramos Padilla
En una de las etapas más difíciles, controvertidas y de enfrentamiento con el gobierno de los Estados Unidos, una comitiva visita México para entrevistarse, por un lado, con el Presidente Peña, y por el otro con personajes allegados a López Obrador. Como sea, y hasta obligado, el gobierno federal ya lleva camino andado en las negociaciones y conflictos con los vecinos del norte, pero López Obrador, que por años se resistió a entrarle a la materia internacional argumentando que ni inglés ni pasaporte tenía, este viernes se enfrentará a una realidad que quizá lo haga recular, como está sucediendo, con tantas ocurrencias que presentó en la campaña. Los temas difíciles a tratar, migración, ilegales, Tratado de Libre Comercio, Aranceles, lucha contra el narcotráfico, ventas ilegales de armas y muro fronterizo entre otros, Y aquellos, los estadounidenses no vienen a preguntar, nos visitan para imponer sus ideas, y colocar sus fichas siempre en su beneficios, es más que suficiente asomarnos a los argumentos de trump. Que presentará amlo, quizá un cuerpo de burócratas preparados pero inexpertos en el manejo contemporáneo de los temas. El virtual presidente el acto estará acompañado por Carlos Urzúa, secretario por venir de hacienda, Alfonso Durazo de seguridad pública, Marcelo Ebrard de relaciones exteriores, Jesús Seade negociador del Tratado de Libre Comercio y Graciela Márquez Colín secretaria virtual de economía. López Obrador se vera en la necesidad de guardarse sus discuros populistas de «primero los pobres» y «lo que diga mi dedito» ya que se enfrentará con personajes como Jared Kushnaer, yerno y principal asesor de trump, Steven Mnuchin, secretario del tesoro, Fracisco Palmieri, subsecretario para asuntos del Henisferio Occidental, Mike Mckinley exembajador de Estadios unidos en Afganistán, William Duncan, encargado de negocios de la embajada de Estados Unidos en México y Avi Berkowitz, asesor principal de Kushner. Así que ahora si van en serio y las conversaciones de alto nivel deberán enfrentar posiciones, Lo malo y bueno de Estados Unidos es que sí saben que quieren y a dónde van. Lo bueno y malo de México es que aún para la mayoría no se conoce a ciencia cierta cuál es el ´proyecto de nación que pretende López Obrador.