Se comenta solo con…Choque de trenes


Carlos Ramos Padilla

El enfrentamiento abierto, cargado de insultos y calificativos de López Obrador contra los empresarios en nada ayuda a nadie. La imagen pública, a través de un candidato presidencial, que se está motivando en el mundo es que estamos rodeados de atracadores que son eso, estafadores y corruptos sólo porque piensan distinto al tabasqueño. Del Sr. Romo ya reculó y de acusarlo públicamente de corrupto hoy está convertido en ejemplo de preocupación social y limpieza moral, los demás dan asco. A López Obrador se le olvidan detalles significativos cuando ataca a los miembros de la iniciativa privada y de negocios. Ellos son los creadores de empleos, de generación de inversiones y de innovaciones. Ya se le olvidó cómo y de qué manera el ingeniero Carlos Slim remodeló, reorganizó y reestructuró todo el Centro Histórico de la Capital durante su administración?. Son los empresarios, los emprendedores los que arriesgan su capital en beneficio del país y en muchos de los casos, son ahora los sindicatos quienes caen en malas costumbres, pésimas condiciones para el país y en planteamientos retrógrados que ni a la clase trabajadora benefician., y sin embrago el tabasqueño quiere hacer de Napoleón Gómez Urrutia un ejemplo en el marco legislativo, aún sin conocerlo , como asegura. El aspirante por tercera ocasión a la presidencia no sólo menosprecia a los hombres del dinero sino que atenta contra el proyecto del nuevo aeropuerto y quiere, no sabe cómo, bloquear y destruir las reformas, fiscal, energética y educativa que ya están en operación. Todo dice lo hará con su buen ejemplo. No descarta expropiar, el le llama confiscar. Guarda silencio, evade como en el caso de la amnistia y sólo atina a decir que se revisará caso por caso para aplicar la ley, así de ambiguo pero también de directo. Mal que un líder político use a los empresarios como trampolín para acceder al poder, Considerar apatridas a un grupo de empresarios por cumplir con lo que la Constitución mandata que es el libre ejercicio de la expresión, manifestación y de  reunión es llegar a una abierta intolerancia que va en contra de cualquier principio básico de la democracia. Por cierto el mismo López Obrador no sabe referir en dónde y cuándo se llevó a cabo la supuesta reunión, porque como siempre sólo sus informantes, choferes y costureras, se lo dijeron.

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