Carlos Ramos Padilla
Se acortan los tiempos, se acerca el día de la elección, ya estamos en la antesala del primero de Julios. Ya iremos hablando de que los candidatos reforzarán sus argumentos para vencer y convencer, para crecer la aceptación y la percepción. El Instituto Nacional Electoral combina tareas para evitar que en las redes sociales se generen noticias, encuestas y resultados falsos, ya se inició la impresión de )3.9 millones de boletas para todo el país y se arreglan los pormenores para el segundo y tercer debate que serán, estos determinantes para las preferencias ciudadanas. También ya está en ejercicio la capacitación para quienes sean funcionarios de casilla. Sólo falta, y es petición seria, que se acaben los discursos de odio, la violencia verbal, los ataques infundados y las constantes amenazas entre los partidos y aspirantes. Quizá sea esto último lo que desanime a un importante grupos social a no participar en las urnas o anular el voto. Serán ahora las mujeres, nuevamente, pero también los jóvenes quienes redefinan el rumbo del país para los próximos seis años y las decisiones oscilarán entre proyectos viables o promesas populistas. Hoy más que nunca se hace un llamado al voto razonado por diversas razones, primero, por las condiciones de altísima violencia en que se encuentra el país; segundo, por una serie de reformas estructurales que requiere la nación y que no han consolidado sus resultados por tanta confrontación política; tercero, porque es vital reforzar a las instituciones y darles un marco jurídico, como en el caso del Ejército o el nombramiento del fiscal general de la República o el fiscal anticorrupción, cuarto, porque estamos bajo señales de elegir entre juventud, genero o experiencia, y quinto, para determinar su en el país funciona esta nueva modalidad de «candidatos independientes» o resulta una fórmula sin arraigo y que sólo genera gastos y división. Es un ejercicio electoral en donde los indecisos, los millenials y los mexicanos que viven en el exterior tendrán un peso específico. Hay quiénes identifican a estas lecciones las más competidas y las más agresivas, no sé si en realidad sean así o vayan a ser así, pero lo que si se necesita es la participación de todos porque hoy si, la solución está en nuestra manos y no únicamente por definir a la siguiente administración de nuestros recursos, sino porque todos tenemos algo o mucho que ver con la seguridad, la corrupción y la educación como proyectos de vida.