Carlos Ramos Padilla
No le hemos entendido y entre ellos tampoco, el llamado Frente Ciudadano no es otra cosa que una agencia de colocación que ha exhibido un aviso de ocasión para buscar a un sujeto capáz de golpear y tomar revanchas. No se trata de alimentar al electorado con propuestas, con proyectos, es un grupo de inconformes que intentan sumarse a alguien, no saben quién, que pueda demoler y en su caso destruir al contrario, en este caso el PRI que crece en posibilidades o a MORENA que asegura va a la cabeza en las preferencias.
Son un puñado de no militantes, renunciados y expulsados que dicen encontrarse para lograr avanzar en la suma de votos sin tener ideología. Están asesorados por golpeadores profesionales en la oratoria pero que no presentan esquemas de desarrollo, ni planes nacionales, ni estrategias de empuje colectivo. Sólo están los que avanzan mediáticamente con discursos de coyuntura, con ocurrencias mediocres.
Están confundidos y confunden a los demás. Tratan de filtrarse, vamos de acomodarse en la aceptación afirmando que son ciudadanos cuando los políticos están reprobados y son rechazados por impedir que México crezca. Sería mucho pedir en estos momentos una respuesta a los problemas y conflictos nacionales, los más urgentes, eso podrían hacerlo ya en campaña, pero nos gustaría saber cómo habrán de estructurar sus pronunciamientos cuando de manera histórica han estado divididos. Por lo pronto del ridículo no pasan y tan lo saben que algunos que no quieren al Frente, mejor se cobijan, otra vez, en los partidos. Vamos mejorando.