Carlos Ramos Padilla
Sin duda alguna al Sr. Trump se le acumulan las crisis. El caso del muro con México ya es irrelevante ante el conflicto con Corea del Norte, el crimen masivo en Las Vegas, el incremento de sospechas y acusaciones sobre la injerencia de Rusia en sus elecciones internas y ahora un atentado, otro, en Nueva York, por cierto muy cerca de la zona cero, donde fueron los ataques al Centro Mundial de Comercio. Ahora fue un asesino que arrollo a ciclistas y mató a ocho personas.
El alcalde Bill de Blasio, confirmo el ataque por un sujeto de 29 años que condujo una camioneta en una vía para deportistas en la parte baja de Manhattan, hay 12 heridos. El gobernador del Estado de Nueva York, Andrew Cuomo, dijo que de acuerdo a investigaciones preliminares este hombre actuó solo y que por el momento no hay evidencias de cualquier tipo de complot.
El evento ocurrió poco después de las tres de la tarde cuando el criminal condujo la camioneta en sentido contrario a la circulación de la ciclopista arrollando a peatones y deportistas. Luego de estrellarse contra un autobús escolar el tipo salió del vehículo portando un arma en cada mano que resultaron ser de perdigones. Un policía detuvo al sospechoso quien se encuentra bajo custodia al interior de un hospital. En los últimos minutos el propio Presidente de Uzbekistan, Shabkat Mirziyoyev, expresó la disposición de su gobierno a colaborar en la investigación del atentado porque el responsable es inmigrante precisamente de Uzbekistán. Al parecer responde al nombre de Sayfullo Saipov quien llego a Estados Unidos, de acuerdo a su ficha de migración en el dos mil 10.
De los ocho muertos cinco son argentinos. Mirziyoyev habló por línea telefónica con Trump para indicarle que toda la fuerza de su Estado estar comprometida para esclarecer los hechos. «este crimen cruel y sin piedad no puede tener justificación alguna» sentenció el mensaje presidencial Uzbeko. Y una vez más las naciones dicen encontrarse para hacer frente a estos actos inhumanos pero en tanto cómo explicar a los familiares de las víctimas de los inocentes que hoy la moda es arrollar a gente en la calle.
Por lo pronto a Trump, que creyó que la presidencia era como jugar golf u organizar un concurso de mujeres semidesnudas, hoy se enfrenta a la realidad, su poca estatura como estadista hasta para explicar sus fracasos.