Carlos Ramos Padilla
Ya no hay duda. En 30 años la composición racial en el mundo va a cambiar. Las minorías serán mayorías y parece irreversible. Todo empezará por el viejo continente en donde por décadas la población ha decidido reducir marcadamente su reproducción. España y Holanda son los ejemplos más claros. Francia también. Su tasa de natalidad anda en 1.3 por pareja lo cual quiere decir que su población se está prácticamente extinguiendo. Los jóvenes no desean ni casarse ni formar familia. A este se une el factor de la migración. La comunidad musulmana ha invadido territorios ajenos y se han multiplicado por pareja a una razón de 8.4. Por otra parte, la iglesia católica ha dejado de ser un eje receptor de creyentes y America hoy es su músculo más poderos. Ni siquiera de dimisión de Ratzinger (Benedicto XVI) y la llegada del primer Papa americano cargado disculpas por conflictos serios como la corrupción en el Banco Ambrosiano y la pederastia, han logrado unificar a los fieles. Así que no queda mucho para que en el Viejo Continente veamos como se sustituyen las cruces por la media luna. Pero más aún. Los asiáticos, los chinos, están dejando sus fronteras y los negros ganan territorio y población. Por ello los especialistas en temas urbanos y demográficos estiman que en breve el mundo estará dominado por los chinos ( incluso en economía) los negros y los musulmanes.