Carlos Ramos Padilla
Grave y difícil de entender la información exhibida por la Organización de las Naciones Unidas: asesinados o mutilados mas de 10 mil niños durante el año pasado. Se registró un evidente abuso en los menores producto de las guerras. La ONU verificó mas de 21 mil transgresiones graves a los derechos humanos y la tendencia la calificó como atroz en varios países fundamentalmente africanos, vamos destacan en primer lugar naciones como Siria y Yemen. La representante especial de la ONU para el tema de niños y conflictos armados responde al nombre de Virginia Gamba y ha expresado cómo y de qué manera se han acelerado los procesos de vejación contra menores. Dice que en ciertas zonas del planeta sientes especial desprecios por cualquier medida que puede contribuir a proteger a los más vulnerables de los impactos de la guerra. En muchísimas ocasiones los ataques son directos en áreas de civiles inocentes, en escuelas, y hospitales y grupos armados usan a los pequeños como escudos humanos o soplones. La crisis que se ha desencadenado principalmente al interior de la República Centroafricana del Congo, en Myanmar, Sudán del sur, Siria y Yemen ha provocado un aumento considerable de las violaciones graves verificadas. Son pequeñitos que si sobreviven, incluso a ataques con químicos, quedan mutilados en su anatomía y heridos de por vida en el alma. Se ha documentado como grupos radicalizados instruyen, capacitan y adiestran a niños para servirles en el combate y su manipulación llega al grado de convencerlos que por la «causa» deben innmolarse explotándose asimismo cinturones con explosivos. A esto hay que sumar los éxodos de pobladores que abandonan sus lugares de origen por los conflictos armados o la evidente hambruna. Muchos menores mueren en la travesía víctimas de enfermedades o ahogados por la fragilidad de las embarcaciones. Estos son los reportes, vamos los archivos oficiales que nunca deberán de existir. promenten conductas salvajes de seres humanos que tienen todo, menos aprecio por la vida . Los códigos de respeto a protocolos aún en guerras ya no existen y desde aquellas fotografías de la guerra en Vietnam, en los sesentas, cuando a los pobladores y niños se les arrojaban productos como el Napalm para desintegrarlos vivos, desde entonces y por desgracia, la tragedia se ha incrementado.