Carlos Ramos Padilla
En estos días el Gobierno Federal ha intensificado sus ataques contra los grupos criminales y narcotraficantes. Como nunca el Cártel Jalisco Nueva generación, en su primer circulo se ha asediado por las fuerzas del Estado. Sus operadores y cabecillas han estado cayendo, pero esto tiene sus consecuencias. la crudeza en las represalias están siendo más salvaje. Advierten en contraoferta de las autoridades que si operan y en serio en la Ciudad de México y que la distribución y comercialización de la droga va en incremento. La violencia en Tamaulipas, con concreto en Reynosa, es inaceptable. Y aquí hay mucha responsabilidad directa de los gobernantes que han dejado una estala de corrupción y abandono al Estado como en el caso de Tomás Yarrington o de Egidio Torre Cantú, uno preso, el otro gozando de la impunidad que le permite desaparecer, bajar el perfil y quedar en el anonimato por un rato. Pero si es vergonzoso el grado de erosión que presentan algunas comunidades, lo es más que quienes han estado en el poder queden sin sanción alguna por su imprudente omisión o descarada negligencia y en algunos casos franca complicidad con los delincuentes. Insistimos ahí está Guerrero con la abierta protección a personajes como Angel Aguirre o Manuel Añorve o a Félix Salgado o a Zeferino Torreblanca. Recordamos el silencio o compadrazgo de los legisladores para ocultar al responsable directo de la corrupción en la construcción de unidades habitacionales en zonas de riesgo y que fueron destrozadas por los meteoros Ingrid y Manuel. Con dinero trataron de callar la verdad y quienes deberían de estar en la cárcel hoy andan paseándose en los corredores de las candidaturas. Cierto dice, Arely Gómez, Secretaria de la Función Pública, «es inadmisible y grave la corrupción» pero ésta es fomentada desde los primeros círculos del poder., o alguien podría discutir lo contrario? y que conste que es pregunta.