Carlos Ramos Padilla
Llegó el momento y Trump se presentó ante el Congreso de su país a rendir su primer informe de gobierno. Fue bien recibido y él se mostró vehemente, llamando a la unidad y en defensa de sus logros. Formuló un enfático llamado a la integración doméstica al tiempo que definía sus estrategias para este 2018. Apuntó que trabajaran en equipo, como una persona, en familia estadounidense, dijo. Presumió que no ha habido nunca antes un mejor momento para comenzar a vivir el sueño americano. y Luego insistió en que el país ha pasado finalmente la página de décadas de acuerdos injustos, que sacrificaron la prosperidad y el envio al exterior de sus empresas, puestos de trabajo y riqueza de la nación. Uno de los temas centrales del discurso de Trump es la migración y habló nuevamente de una reforma que debe ser negociada en el Congreso para destrabar las negociaciones y permitir la aprobación del presupuesto federal que permitirá dar una solución para los 690 mil jóvenes inmigrantes que desde el 2012 regularizaron su situación mediante el programa conocido por las siglas DACA. Recordemos que el pasado jueves la Casa Blanca colocó sus cartas sobre la mesa al presentar un pliego de propuestas que abre el camino para que 1.8 millones de inmigrantes alcancen la naturalización estadounidense. Pero ésta propuesta viene con un precio muy elevado. El gobierno solicita 25 mil millones de dólares para construir el muro en la frontera con México, reforzar drásticamente la vigilancia entre los dos países en su linea divisoria, interrumpe la reunificación familiar, recorta el cupo de inmigrantes ilegales y suspende el sorteo de visas. Trump no se quedó corto y ensalzó la reforma del sistema tributario y delineó los ejes fundamentales de su ejercicio administrativo. Pidió un ambicioso plan de inversión de un billón de dólares para reconstruir infraestructura y no evadió la escalada de la tensión con Corea del Norte, el futuro de las relaciones con Irán y el paso dado por Washington para reconocer a Jerusalén como capital de Israel. Sorprendió a muchos la fortaleza, seguridad y claridad con que se manifestó Trump y pronostican un año con notables mejorías para la economía de los Estados Unidos. En pocas palabras, Trump ayer pareció más efectivo que bonito.