Carlos Ramos Padilla
Y pensamos que las cosas cambiarían, y que equivocados. El mismo teatro con los mismos pero pintados muchos de otro color. Y arriba en tribuna la estampa de los sesentas/setentas, Porfirio Muñoz Ledo, Pablo Gomez en diputados, Efigenia Martinez, en senadores. Y el griterío, el revanchismo otra vez. Lo grotesco un gobernador que pide licencia para ser senador, llega, protesta al cargo y pide licencia para irse otra vez de gobernador porque ojo, regresa como legislador antes de que acabe el año, pero eso sí, no violó la ley, la modificó, a modo. Se trata de Manuel Velasco. Y aquel que interpeló al expresidente Miguel de la Madrid en un Informe de Gobierno hoy pide se le respete por que èl, Porfirio, serà quien le tome protesta y coloque la banda presidencial a Andrés Manuel. Y mientras los salientes con su carga de abusos, de viajes suntuosos con la familia, de gastos y gastos sin comprobación, se van cómo llegaron los otros, gritando “no fallaremos”. Y los que se van y los que se quedan no se atreverán a “demandar” a los responsables que dejan la administración federal llena de muertos, de secuestros, de violencia, de corrupción, con cementerios clandestinos, con socavones, con trenes bala cancelados, en fin un recuento de daños a la nación que quedarán así, en un mero registro de raspones que se guardarán en el viejo baúl de los malos ratos. Pero habrá hoy quien diga “hay que darles un voto de confianza” y viene el cierre “porque a todos se los hemos dado”.
Se comenta solo con…El mismo teatro
