Carlos Ramos Padilla
Olvidemos al círculo rojo, a los analistas, a los “fifis”, incluso a la consulta. Los resultados están a la vista y la reprobación ha sido de manera tajante. Amlo que guste o no está equivocado y ha mentido. Mintió a los empresarios, mintió a la sociedad, Minería a la comunidad internacional, pero más grave aún, usó el nombre de una Jefe de Estado extranjero como el Presidente de Francia para tratar de abonar más el terreno a su favor. Que vergüenza, la Bolsa Mexicana cayó, el peso de desplomó, instituciones internacionales retiraron la calificación de inversión a México y el gobierno Francés se deslindó de las afirmaciones públicas de Lopez Obrador. El tabasqueño además aseguró que el constructor privado de su entera confianza, Riobóo, que estuvo en la conferencia, participa sólo como asesor y no será contratista. Cómo amlo junto con Javier Jiménez Espriú se atreven a dar cifras de costos e inversiones para Santa Lucía si no hay un proyecto maestro. Cómo es que amlo descalifica mundialmente a los que sí licitaron para Texcoco calificándolos de “corruptos” pero asegura no serán desplazados y que sus contratos sólo serán respetados y trasladados a Santa Lucía, sin licitación. Los empresarios de manera abierta han expresado que amlo los engañó y traicionó y su llamada “consulta” más no “encuesta” como aclaró su vocera radiofónica recién regresada a los micrófonos, fue una burla democràtica, una estafa mediática, una instalación de casillas en donde les convino no en todo el país ni en las zonas donde electoralmente perdieron, no se informó de la mecánica, ni de responsables, ni de autoridades legales que dieran fé. Quienes acudieron a “votar” fueron estafados y aunque amlo aseguró ya no se va a gobernar por una minoría, sólo el 1.1% del padrón electoral participó y una porción de estos fue quien decidió por 120 millones de mexicanos lo que el tabasqueño quería imponer pero se escondió tras el “sabio pueblo”. Pero a todo esto, dado el impacto negativo grave en el mundo, las consecuencias económicas, la radicalización de la sociedad, el choque con la iniciativa privada, la “consulta” resuelta en su partido por miembros de su partido, pese a todo, a todo esto, la maravilla, es que los patos están felices.