Carlos Ramos Padilla
Más que regulaciones, el Ejército Mexicano, las Fuerzas Armadas merecen respeto y reconocimiento. Es un pilar, quizá ya el único, que piden brindar seguridad y defensa de la soberanía. No hay otra institución que cumpla con estas quehaceres. Y es debido al fracaso de los civiles en el poder, a su amplia corrupción a sus desobligado comportamiento y a su irresponsabilidad al momento de gobernar. El crecimiento de la violencia, el crimen, los secuestros y el narcotráfico no tiene mayor respuesta que la aplicación de ocurrencias desde los altos mandos al tiempo que se ha descubierto la cadena de complicidades con los delincuentes. Hoy se trata de enmendar esos errores exponiendo a los soldados a tareas policiacas, a emboscadas, a atentados pero lo peor, a estar amarrados a caprichos de interés políticos que no piensan en el país son en los grupos de control político. Muchos de los que hoy discuten la llamada Ley de Seguridad Interior en su vida han sido capaces de acudir a un operativo militar, desconocen las funciones de los tribunales militares, nunca han estado en un enfrentamiento real con sicarios, vamos ni conocen a los deudos de las víctimas en las filas de los soldados. Ahi, fundamentalmente descansa el atropello que están cometiendo. Deberían ´primero reconocer entre ellos y exhibir a los traidores y corruptos que nos han enlodado, aplicarles las leyes, sancionarlos y encarcelarlos. Profesionalizar y capacitar a las policias. Denunciar a los malos gobernantes, no sólo a los que roban sino a los que con su inexperiencia nos orillan a la vulnerabilidad. Primero limpiar la casa antes de meterse a los cuarteles, porque de nos estar el Ejército patrullando al país, cómo se encontraría la nación?. y que conste que es pregunta