Federico Ponce Rojas
La tiranía totalitaria no se edifica sobre las virtudes de los totalitarios,
sino sobre las faltas de los demócratas.
Albert Camus
Una serie de renuncias en el círculo cercano del Ejecutivo federal marcó los recientes días, las razones son diversas, que podrían resumirse en desconfianza, recelo, frustración, desilusión, desencanto o simplemente decisiones arrebatadas de quien gobierna caprichosamente.
Como secretaria de Economía renunció Tatiana Clouthier en la mañanera del 6 de este mes, y dijo con tristeza y ante la presencia del Presidente: “Me tocó jugar en las grandes ligas y uno debe saber cuándo debe retirarse, me paso a la porra donde seguiré con ánimo al equipo”.
La salida de la administración de la hoy exsecretaria obtuvo del Ejecutivo una fría respuesta: “Respetamos su decisión, insistimos en que se quedara, pero es una mujer con convicciones”, sin ocultar enojo y mostrando hasta descortesía cuando interpuso aplausos para rechazar el abrazo de la señora Clouthier.
La dimisión forzada de la hoy exsecretaria mostró, de manera obvia, intolerancia del Presidente, desencanto y frustración en las posteriores declaraciones de la propia señora Clouthier, quien de manera decorosa buscaba justificar la tozudez de su exjefe.
La renuncia ocurrió en medio de un procedimiento que tensa aún más las relaciones entre los gobiernos de Estados Unidos y México en torno de la política energética de nuestro país y en el marco del tratado de libre comercio (T-MEC). México, EU y Canadá llevan a cabo conversaciones para resolver si procede un panel de solución de controversias para resolver el tema. El gobierno estadunidense ha puntualizado al nuestro la necesidad de implementar una política energética que le da ventajas a las empresas del gobierno mexicano y deja fuera a las empresas privadas del sector energético, principalmente a las de su país. La conducción de estas conversaciones y la de todos los temas de esta cartera era llevada con acierto, pero la salida de Clouthier del gobierno es una pérdida para el país.
En lo personal he tenido el privilegio de conversar con Tatiana y la considero una mujer inteligente y capaz, además de tener convicciones, no sólo para conducir la cartera de Economía, sino para muchas otras que se refieren a la cosa pública.
El 12 de octubre pasado, Horacio Duarte anunció su renuncia como titular de la Agencia Nacional de Aduanas, según sus propias palabras para darle curso a sus “aspiraciones” para alcanzar la candidatura de Morena a la gubernatura del Estado de México.
La función aduanal no es cosa menor, no es tarea meramente policial, sus acciones se rigen por el derecho aduanero, se trata de un control fiscal y tributario e incluso penal de medios de transporte, entradas y salidas de mercancías, de personas objeto de comercio internacional y de aquellos que intervienen en esta actividad, es obvia, entonces, su relevancia en el cumplimiento del T-MEC.
Hace un par de días la secretaria Raquel Buenrostro, quien sustituyó en el cargo a Tatiana Clouthier, solicitó la renuncia a la doctora Luz María de la Mora, como subsecretaria de Comercio Exterior. Dos negociadoras clave en el T-MEC ya se perdieron.
Estos movimientos erráticos enrarecen aún más el clima de la política internacional de nuestro país, en el que la sombra del narco se hace más densa y aleja cada día más las soluciones a la inseguridad.
Sometido el PRI, aprobada la reforma para mantener al Ejército en tareas de seguridad pública, Morena aparentemente está fortalecido, pero sus enemigos están al interior practicando antropofagia política; se mueve hacia la reforma electoral, lo cual sería el asesinato del INE, imperdonable para aquellos que voten por la misma.
Al tiempo, a la historia…