Carlos Ramos Padilla
Quieren hacer creer que el conflicto con Estados Unidos. Aseguran que el hombre más informado del mundo se deja llevar por noticiarios locales con datos no confirmados. Nos sale el nacionalismo y a defender lo que no es nuestro, SU frontera. Nos anima el pleito con Trump pero no vemos los actos ilegales, denigrantes no sólo con los indocumentados que ingresan a México, sino con nuestros propios paisanos cuando vienen a visitar a sus familias. Apenas se da a conocer que se levanta un censo para saber cuántos vienen en en la llamada caravana hondureña y se medio informa que se establecerán en la Ciudad de México sin llegar a la ruta que los conduzca a Estados Unidos. Nadie se atreve a decir que por culpa de los hondureños, que deberían de estar en su país, se ha desatado esta serie de roces con el gobierno de Trump. Y lejos de preguntarnos nuevamente que hacen estos ilegales en México y por qué habrán de buscar a la Ciudad de México como refugio y cuánto nos costará, la gran interrogante es, y dónde esta el super Luis, sí, el que llegó a Relaciones Exteriores a aprender. Sí, el mismo que se presume amigo del yerno de Trump. Sí, aquel que movió sus hilos para traer al magnate a la mismísima residencia de Los Pinos a señalarnos que el muro se construirá y con el dinero de los mexicanos. Ese Luis desaparecidos de los reflectores cuando está en duda la firma del Tratado de Libre Comercio. Ese Luis que no ha informado las medidas o protocolos para impedir injerencia extranjera en los comicios de medio año. La tarea no debe extinguirse únicamente con el envío de mensajes vía redes sociales o de comunicados en donde se lee todo menos una enérgica protesta al gobierno estadounidense. Pero aventurándonos más allá de lo temerario, que no beneficia a México que la Guardia Nacional en su territorio haga lo que aquí no hemos podido?, es decir, frenar el tráfico de drogas y la operación de los cárteles mexicanos en la frontera. Mire que quizá tendríamos que estar agradecidos no vaya a ser que si se vea efectividad, esa que en tres sexenios aquí no se ha mostrado.