Por Raúl Sánchez Carrillo
Para nadie es ajeno saber que en la vida, que solo hay una, nada hay mas preciado que la existencia.
Si bien es la salud el principal factor de garantía de estar en este mundo, también lo es que, en casos como el Cáncer, es una de las variantes que magnifica el uso de tratamientos para preservar la vida. Niños, adolecentes y adultos de cualquier sexo, viven en ese mundo de angustia, malestares, dolores, de depresión y de paso resignación con esperanza de salir adelante.
Sin embargo, para proveer salud se requiere de medicamentos. Los laboratorios son los que los producen con el uso de patente exclusiva y por consecuencia muy cara.
Cuando aparece el desabasto de medicamentos en los anaqueles de los hospitales y clínicas del sector salud, vienen las reacciones en declaraciones a medios. Las protestas de padres de niños con cáncer. Las declaraciones impactantes de quienes, con desesperación, demandan los medicamentos que sus hijos necesitan para conservar la vida.
Sin embargo todo se vuelve repetitivo. No hay medicamentos.
Es un boicot y de las farmacéuticas que quieren elevar los precios se las medicinas. Están chantajeando al gobierno.
Buscaremos las medicinas donde las haya. Cualquiera puede tomar un avión e ir por el medicamento y traerlo. Eso si se puede. Y muchas declaraciones mas.
Por otra parte, hay quien pide tiempo para normalizar el abasto y la entrega. Pero sigue el creciente drama de los padres de familia que protestan y exigen medicamentos.
El aeropuerto de la ciudad de México en su terminal 1, bloqueado. Horas mas tarde llega un funcionario a decirles que no hay desabasto. No le creen y lo mas grave es que en ese juego de posiciones y declaraciones, se va la confianza en la autoridad.
Pro finalmente, que mas que la vida.
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