De oficio reportero: Por lavarse las manos


Por Raúl Sánchez Carrillo

Dicho hasta el cansancio.

Repetido hasta lograr que forme parte de la conducta humana de cualquier edad.

Dentro de las medidas de precaución el lavado de manos con sus 20 segundos de tallado de anverso y reverso de las manos, es quizá la mas importante de las que complementan ese intento de no contagiarse de Covid19.

Y sin prevenirlo, sucede que en estos últimos ocho meses cuando en otros años en el mismo periodo las muertes por enfermedades gastrointestinales, contraer gastroenteritis infecciosa, Tifoidea, Salmonelosis y muchas otras formas de ingerir alimentos descompuestos por el sol o por no tener  las manos limpias, en este 2020 no hubo el número de muertes que podrían ser entre cinco a diez mil fallecimientos.

Mientras que el Coronavirus ha cobrado vidas por mas de ocho decenas de miles, el aseo de manos, evitó mas muertes por otras causas.

Parece increíble que la realidad eduque a base de golpes. Si de ver como mueren miles de personas por algo que muchas otras personas no creían siquiera que existiera y que externaban que el Coronavirus, era un invento distractor de las autoridades.

Pero salvo médicos, enfermeras y personal de hospitales encargado de mover fallecidos a las llamadas salas de descanso o en su caso al área destinada a la acumulación y salida lenta de cuerpos para su cremación, han visto un muerto por Covid 19.

Quienes libran la heroica batalla de buscar salvar vidas, lo tienen como parte de un panorama cotidiano y desolador. Se acabaron con el profundo dolor de la pérdida, los velorios, las desgarradoras y largas sesiones de capillas ardientes que permiten acompañar a un cuerpo por lo menos 24 o 36 horas entre cuatro cirios. Entre llanto, susurros, comentarios de ´´lo bueno que era´´ el fallecido o incluso de la sesión de chistes que se acostumbra contar en los pasillos de la funeraria.

Sin embargo, para los familiares de los próximos ya 90 mil fallecidos, el no volver a ver a su familiar mas que cuando entró a urgencias de covid-19 en algún hospital que lo trata, mas que en una urna. Sin haberle rezado, o pedido perdón o reclamarle sus acciones en vida, la necesidad de un manejo extremo y preventivo de mas contagios, hace que a menos que sea otra la causa de muerte, ya no haya salas de Velación ocupadas.

Igualmente el uso de gel con mas de 60 por ciento e alcohol o de alcohol directo, con todo y lo que reseca la piel, es parte ya de una cultura de la prevención que entró de la forma mas inesperada y quizá hasta violenta. Igualmente, el uso de cubrebocas que se quedará incluso cuando ya no haya Covid 19, para quienes tengan sintomas de gripe, laringitis o amigdalitis, quedará para siempre. Estornudar en el ante brazo, ni se diga.

Y así, la humanidad en este siglo 21 tendrá la practica y el recuerdo de lavarse las manos constantemente. Bueno, por lo menos de antes de comer o después de ir al baño.

sanchezcarrillo.tv

 

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