De oficio reportero: La informalidad va ganando


Por Raúl Sánchez Carrillo

Como resultado de la crisis económica antes de la pandemia, mas los efectos de las medidas para contener al virus que dejará huella por siempre en la historia del mundo, la pérdida de empleos, los cierres definitivos de cientos de miles de negocios hayan sido restaurantes o comercios de distintos giros, hoy vemos que el crecimiento del comercio informal, rebasa al que si paga impuestos, luz, predial, nómina.

Los cálculos precisos indican que hasta antes de la pandemia y con un crecimiento primero del 18 por ciento y después del 30 por ciento, el comercio informal comenzó a expandirse en el país y la capital, no fue la excepción.

La desventajas del comercio informal, es que es el equivalente a un enorme y profundo pozo sin fondo. Ahí se vende mercancía obtenida legalmente, la robada, la pirata e incluso, si de ropa se trata, la que entra por bulto o paca, por kilo con los riesgos de insalubridad que trae consigo desde el país de origen. No es gratuito que en las aduanas se detenga ese tipo de mercancía que en la mayoría de los casos, termina convertida en una enorme incineración.

Pero demás de todo esto, en el terreno económico genera pérdidas al comercio formal ya que no en pocos casos, los vendedores informales se colocan con sus puestos, sobre las aceras, precisamente afuera de los comercios establecidos. La gente o los potenciales clientes o compradores, ya se evitan las apreturas o los riesgos de ser asaltados. Las calles del centro de la ciudad se han convertido en e normes pasillos de comercio informal, que, además, se roba la luz.

Toda esta situación para la Asociación Nacional de Tiendas de Auto Servicio y Departamentales, así como para la Cámara de Comercio, es un auténtico dolor de cabeza para los pequeños empresarios o propietarios de negocios establecidos.

Se calcula hoy en día que con el esfuerzo del llamado Buen Fin, ampliado hasta el 20 de noviembre , se puede alcanzar alguna recuperación de los miles de millones  perdidos a lo largo de por lo menos 6 meses de cierre o confinamiento obligado. Lo anterior más la pérdida del poder adquisitivo o el evitar compras no indispensables, han convertido el comercio en general, en todo un reto y una prueba del ingenio ara ofrecer ofertas atractivas a una clientela desesperada.

No se puede negar que en las ingeniosas ofertas de enseres del hogar, obsequiando desde un celular hasta licuadoras, batidoras o cualquier otro de los enseres menores de cocina,  o incluso un descuento importante en algún seguro de auto.

La dinámica del Buen Fin ha despertado la curiosidad y el interés de la clientela que busca seguridad en sus compras y garantía de tener donde reclamar en caso necesario lo que no tendría en el comercio informal.

Pero si ahora hay seis informales por cuatro formales tanto en plazas de trabajo como en negocios, la balanza se ha inclinado más hacia la informalidad que dicho sea de paso, no ha sido factor de evitar el incremento de asaltos, robos y otras modalidades que ahora se ven en franca competencia de videos en los noticiarios de televisión y que ponen al descubierto la falta de respuesta de las autoridades que tienen la obligación de proteger a los gobernados.

El Buen Fin sería muy positivo además de esta edición  si se trasladara al Buen Fin del desempleo, de la delincuencia, de la corrupción, de la frustración .

sanchezcarrillo.tv

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