Por Raúl Sánchez Carrillo
Después de que se realizaron las compras mas numerosas y desorganizadas. Después de ser ignoradas todas las medidas como la sana distancia y el uso de cubre bocas, del imposible aseo constante de manos por los rio de gente que abarrotaron los tianguis de juguetes y de que se ha roto el récord de contagios e internamientos por Covid 19 en la capital y Estado de México, el grito desesperado del que dependen mas de 80 mil empleos se deja escuchar para pedir a las autoridades de ambas entidades permitan abrir a miles de restaurantes, quizá una de las actividades mas afectada desde que hace 10 meses el microvirus obligó a cierres.
Enlistados en media plana en algunos periódicos, los dueños de restaurantes de distintos tipos o menús, hicieron saber que su situación ya es insostenible pues se trata de que sólo la venta de alimentos preparados para llevar permite un 15 por ciento de ingresos. No se venden bebidas alcohólicas, no hay elaboración de todos los alimentos que se incluyen en los menús, no hay atención de meseros, no hay propinas y otros factores se han sumado para el estrangulamiento progresivo de ese tipo de negocios.
Hay que recordar que otros miles de restaurantes de distinto nivel, cerraron sus puertas definitivamente mientras que otros, por fortaleza financiera o por sacrificio de sus propietarios de mantener nóminas y operación en niveles muy bajos lograron reabrir en cuanto se pudo pero a todos ahora, les toca estar en el peligro claro de abrir o morir.
Nadie desconoce que para las autoridades la decisión de un cierre total es muy difícil ante el daño laboral económico. Sin embargo, se analiza si en dos semanas baja diametralmente la situación actual, se podría considerar la reapertura de esos giros con nuevas medidas de sana distancia y protocolos sanitarios.
Por otra parte, el panorama económico y laboral, compite con el panorama de salud y vida en la que hoy se batalla en miles de hospitales públicos o privados por salvar a contagiados del microvirus mas agresivo de los últimos cien años.
Es ya una realidad el que los contagiados del Covid 19 ya mueren a bordo de ambulancias afuera de hospitales o en pasillos de los nosocomios o también en sus propios hogares. Ya los alcanzó el destino de una segunda ola de contagios que asi como borró vidas de la faz de la tierra, borró cifras y estadísticas de contagio, tratamiento y fracaso. Un numero muy menos pero no despreciado ha sido el que conforman quienes han superado ese mal.
Por otra parte, el grito de auxilio representa a la vez, el anuncio de la muerte de miles de restaurantes de todo tipo. Es sector necesita oxigeno , actividad, como oxigeno requieren para seguir viviendo los enfermos.
En breve, las autoridades darán a conocer las medidas que se mantendrán o se modificarán para atender esa parte de la economía que mueven los restaurantes, como de otras actividades productivas que por no ser prioritarias siguen reportando cierres, despidos, inactividad y la agonía que les costaría desaparecer.
Ningún pronóstico incluyó lo que tenemos como realidad. Ningún pronóstico previó las alternativas antes de llegar a la crisis.
sanchezcarrillo.tv