Trump busca reelección con PIB al alza y guerra comercial


Washington, 17 Jun 2019- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, arranca esta semana su camino a la reelección, con una economía en crecimiento y bajo desempleo, pero en medio de diferendos internacionales como la “guerra comercial” con China, que amenaza con desestabilizar la economía global.

En el primer trimestre de este año, el Producto Interno Bruto (PIB) estadunidense creció 3.2 por ciento y superó las expectativas, pues en comparación con el trimestre anterior (octubre-diciembre 2018) ganó un punto porcentual desde el 2.2 por ciento anterior, según datos del Departamento de Comercio.

El ciclo de expansión del PIB se alarga ya por una década en la economía más grande del mundo, lo que puede redituar en votos que le permitan a Trump continuar ocupando la Casa Blanca por cuatro años más a partir de enero de 2021. Las elecciones serán en noviembre de 2020.

Pero en la arena internacional, Trump tiene flancos abiertos de diversa dimensión, tras un arranque de gobierno que incluyó peleas con equipos y jugadores de la NFL y la NBA, agrios despidos de colaboradores y beligerantes desencuentros con medios de prensa como New York Times, CNN, Washington Post y un largo etcétera.

Tal vez la más desafiante de sus peleas es la “guerra comercial” con China, la cual tiende a agudizarse por la amenaza que Trump lanzó de un arancel de 25 por ciento a 300 mil millones de dólares de productos chinos, condicionado a una cumbre con su colega Xi Jinping a más tardar a fines de mes.

Según el mandatario, la cumbre tendría como objetivo hallar un arreglo al enfrentamiento. Algo así como un duelo al sol como en los viejos western de Hollywood. La cita deberá cumplirse entre el 28 y 29 de junio, en el marco de la reunión de líderes del G20 en Osaka, Japón.

Por el momento, Estados Unidos ha establecido tarifas arancelarias de 25 por ciento a bienes chinos por valor de 250 mil millones de dólares, mientras que el gigante asiático replicó con tasas impositivas contra 60 mil millones dólares en productos estadunidenses.

A principios de este mes, el Fondo Monetario Internacional (FMI) destacó que los productores y consumidores de ambos países serán los principales afectados en la “guerra comercial”, al tiempo que desestimó que en el corto plazo tenga lugar una recesión a consecuencia del enfrentamiento.

En ese marco, Estados Unidos dio un golpe contra el desarrollo tecnológico de la nación asiática al imponer prohibiciones para que las empresas nacionales realicen transacciones comerciales con la compañía Huawei, la más adelantada en la puesta en marcha de las redes 5G que permitirán la operación del denominado Internet de las Cosas (IoT), entre otros avances.

Desde el arranque de su mandato, el presidente Trump tomó a la popular red social Twitter como su caballo de batalla para comunicar prioridades y deseos, tanto a sus conciudadanos en Estados Unidos como al mundo, y desde ahí lanza ataques constantes en diversas direcciones.

Sea contra su socios y vecinos México y Canadá, contra sus socios en Europa, Corea del Norte, Cuba, Venezuela o Irán usando frases como la de que “se han aprovechado por años” de Estados Unidos y se han beneficiado de sus laxas leyes, aprobadas por sus opositores del Partido Demócrata.

Analistas políticos señalan que los demócratas todavía podrían llevar a juicio político (impeachment) al hiperactivo presidente que pone en predicamento a todo su gabinete antes de siquiera llegar a la Oficina Oval, donde despacha.

Con México mantiene un pulso de carácter migratorio y la amenaza de la imposición progresiva de aranceles que irían del 5.0 al 25 por ciento si su vecino no logra progresos significativos deteniendo la migración procedente de los países del denominado Triángulo Norte de Centroamérica (Guatemala, Honduras y El Salvador) que busca llegar a territorio estadunidense.

Antes de eso, durante su primera campaña electoral, acusó a México de enviar a Estados Unidos no a su mejor gente sino a personas con problemas que traen consigo drogas, crimen y son violadores.

Al primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, lo acusó en 2018 de ser blando, sumiso, deshonesto y débil por criticar la política arancelaria estadunidense, al tiempo que dinamitó los acuerdos alcanzados en el seno de la Cumbre del G7 (países más industrializados) en Quebec.

Esta semana ambos líderes se volverán a ver las caras en Washington en el marco de una reunión de primer nivel para dialogar sobre el acuerdo de libre comercio que comparten con México, conocido como T-MEC.

El presidente-candidato también mantiene en el continente americano sonadas diferencias con Cuba y Venezuela, aunque hay otros países que son vistos de reojo.

En el primer caso, reactivó la ley Helms-Burton para evitar la llegada de inversiones a la isla mayor de Las Antillas, prohibió la llegada de millones de personas en cruceros y pone trabas en el sistema financiero internacional para que sus socios no comercien con el país caribeño.

Argumenta que las medidas tienen la finalidad de evitar que La Habana siga brindando apoyo político a Venezuela, de quien Cuba recibe petróleo subsidiado.

En el caso de Venezuela, Trump apoya en foros internacionales la caída del presidente Nicolás Maduro y ha ofrecido su respaldo al autodenominado “presidente encargado” y líder de la opositora Asambla Nacional, Juan Guaidó. Este apoyo ha permitido que poco más de 50 naciones del mundo adversen el gobierno del sucesor de Hugo Chávez en el Palacio de Miraflores.

En Asia, su principal enemigo es su colega de Corea del Norte, Kim Jong-un, quien se empeña en convertir a su país en una potencia nuclear para convertirse en contrapeso regional a costa de su vecino Corea del Sur y de Japón, otro de los socios estratégicos estadunidenses frente a la colosal presencia de China. Japón es incluso interlocutor entre Estados Unidos e Irán para la liberación de varios ciudadanos estadunidenses.

Irán amenaza la frágil estabilidad en Medio Oriente que tiene como otros actores principalísimos a Israel, la potencia armamentística regional, Egipto, Arabia Saudita, Irak, Jordania y Emiratos Árabes Unidos. El portaaviones estadunidense Abraham Lincoln se encuentra en estos momentos a las puertas del Estrecho de Ormuz, la ruta por donde pasa 30 por ciento del petróleo a nivel global producido por Irán, los sauditas, los emiratís y Bahrein.

Trump lanzará este martes su candidatura a la reelección y la incógnita a despejar es cuál será su próxima víctima para arrancar con bombos y platillos su camino de año y medio para continuar despachando en el número 1600 de la Avenida Pensilvania.

NTX/I/SBE/LMV/AEG

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