Muerte de Helmut Kohl impacta a Alemania


Berlín, 16 Jun 2017.- El excanciller alemán Helmut Kohl murió hoy a los 87 años, fue el político que más tiempo ocupó el cargo de Canciller Federal de Alemania (16 años), y es considerado como el «Canciller de la unidad», que supo reconocer la oportunidad histórica que se presentó para unificar al país.

El diario alemán Bild fue el primero en informar sobre la muerte de Kohl, pero sin confirmación oficial. De inmediato la noticia se extendió por todo Alemania y en el mundo. Después la confirmó el abogado de Kohl, Stephan Holthoff Pförtner.

Kohl falleció en su domicilio privado en la localidad de Oggersheim, pero no se han informado las causas de su muerte.

La canciller federal de Alemania, Angela Merkel, quien se encuentra en Roma, Italia, recibió la noticia de la muerte de Kohl, y cambió de inmediato su programa de actividades.

Merkel se dirigió a la residencia oficial de la embajada de Alemania en la capital de Italia para emitir un pronunciamiento con motivo del fallecimiento de Helmut Kohl.

La canciller federal alemana viajó a Roma porque mañana sábado se reunirá por cuarta ocasión con el Papa Francisco, con quien tratará temas relacionados con la Cumbre del Grupo de los 20 (G-20), que será el 7 y el 8 de julio próximo en Hamburgo.

Las condolencias por la muerte del «Canciller de la unidad» provienen de todas partes del mundo y aumentan con los minutos.

Todas las declaraciones coinciden en que Kohl fue un gran estadista, no sólo supo reconocer el momento histórico en que se podía dar la unificación de Alemania, sino que impulsó en forma decisiva la unificación monetaria y el euro, la divisa única europea.

No obstante, la brillante carrera de Kohl no tuvo un final feliz, ya que perdió las elecciones en 1998 a manos del político socialdemócrata, Gerhard Schröder, y un año después, en 1999, se descubrió que Kohl tenía una red de cuentas bancarias secretas.

El dinero provenía, según reportes de prensa, de grandes consorcios alemanes. Kohl se negó rotundamente a dar a conocer los nombres de esas empresas alemanas, un secreto que se llevó con la muerte. Implicados en el caso también estarían, al parecer, algunos donadores de reputación ambigua.

Kohl, en su calidad de canciller federal y de presidente del partido Unión Demócrata Cristiana, debió haber reportado esos donativos al Parlamento y al fisco, pero no lo hizo y estuvo a punto de enfrentar un juicio que le hubiera significado antedecentes penales.

La decisión de no hacerlo fue política para no manchar la herencia histórica del mayor canciller alemán en la segunda mitad del siglo pasado, pero cualquier otro político alemán hubiera terminado en la cárcel.

El dinero nunca lo usó para beneneficio personal, sino para apoyar e impulsar en el marco de sus motivaciones e intereses políticos del momento a sectores de su partido, la Unión Demócrata Cristiana, así como debilitar a quienes eran sus oponentes.

Kohl no toleraba la oposición en las filas de su partido ni el surgimiento de posibles sucesores en el cargo. Sin embargo, tras el escándalo se fue quedando solo.

En 2008 fue operado de una rodilla y sufrió una caída, que a su vez le provocó una contusión cerebral. Ya nunca pudo recuperar bien el habla y quedó muy afectado físicamente. Se casó con la alemana Meike Richter, 34 años más joven que él.

NTX/I/OB/SRA/
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