TEMAS CENTRALES 2023, escenario político-electoral


Miguel Tirado Rasso
mitirasso@yahoo.com.mx

Constituido como una organización civil en
octubre de 2011 y definido como
partido político con registro en julio de 2014,
Morena, sin embargo, no ha logrado dar
el salto para convertirse en un
auténtico partido político.

El calendario electoral del sexenio de la 4T, agenda, para este año, la penúltima jornada electoral con las elecciones para gobernador en los estados de Coahuila y el Estado de México, la joya de la corona. Dos procesos determinantes para el PRI, por ser los últimos reductos de la hegemonía del otrora partido casi único. Los que recuerdan sus glorias del pasado y en donde la transición democrática todavía es una aspiración.

En particular, los comicios del Estado de México, por el número de electores de su padrón, más de 12 millones, representan el principal objetivo de las fuerzas políticas contendientes. En el pasado, mucho se especulaba que, el resultado de las elecciones en esa entidad, significaban un anticipo del rumbo de la elección presidencial. La historia, sin embargo, no confirma esta lectura, al menos no, en los tiempos del nuevo milenio. En los comicios presidenciales de 2000, 2006 y 2018, a pesar de que el PRI fue exitoso en la conservación de la gubernatura mexiquense, en esas tres ocasiones sufrió las peores derrotas electorales de su historia, con la pérdida de la silla del Águila.

En este caso, y dadas la circunstancia política que vivimos, pudiera ser que el triunfo o la derrota tenga un mayor impacto en la elección del máximo cargo de elección popular en 2024.

Para Morena, el balance electoral, en sus cuatro años de gobierno, ha sido excepcionalmente exitoso. Constituido como organización civil en octubre de 2011 y definido como partido político con registro en julio de 2014, Morena, sin embargo, no ha logrado dar el salto para convertirse en un auténtico partido político. Su posicionamiento y fuerza política se la debe, en un 100 por ciento, a su fundador y guía. Así se explica que, a pesar de la mediocridad de sus candidatos, bajo la fórmula de 90 por ciento de lealtad y 10 por ciento de capacidad, logren ganar elecciones. La improvisación es el sello de la casa.

El partido en el gobierno, lleva un alto porcentaje de bateo en la renovación de los gobiernos estatales. En las elecciones de 2018, el tsunami lópezobradorista les permitió alzarse con 5 gubernaturas de 9 en disputa. En 2019, ganaron las dos gubernaturas en juego. En los comicios de 2021, de 15 elecciones se llevaron 11, y en 2022, vencieron en 4 de 6 comicios. A la fecha, el partido de la 4T gobierna en 21 estados, Morelos incluido, aunque éste lo comparte el PES con ellos. A estos habría que agregar el estado de San Luis Potosí, pues, aunque su gobernador es del PVEM, no hay duda de que su querencia está en Palacio Nacional.

Las oposiciones PAN, PRI y PRD, ni con su alianza han logrado revertir los pésimos resultados de su historia electoral de los últimos cuatro años. Para el tricolor, puras vergüenzas. De los 32 comicios celebrados para la renovación de las gubernaturas estatales (2 fueron extraordinarias), el partidazo únicamente ganó una elección, Durango. En cambio, perdió 12 de los 14 estados que gobernaba, antes de los comicios de 2018.

La actuación electoral de Acción Nacional tampoco es para presumir. En el período que analizamos, este partido perdió 7 estados que gobernaba y ganó sólo 6 de las 32 elecciones realizadas para renovar al Ejecutivo estatal. El caso del PRD es patético. De 4 gubernaturas que tenía, ahora no gobierna en ningún estado.

Movimiento Ciudadano que presume de oposición, se mantiene a la expectativa en el tema de las alianzas. Habilidosamente sus colores son gobierno en dos estados de gran peso económico, aunque no queda muy claro que tanto le deben y que tan comprometidos están los gobernadores con ese partido. Pero esto le ha permitido a su fundador contar con fichas para los procesos electorales que restan y mantener en vilo el rumbo de su participación, solo o acompañando (¿a quién?) en la carrera por la presidencia del país.

Por lo que toca a los socios por conveniencia de Morena, los partidos del Trabajo y el PVEM, por el momento parece que seguirán los pasos de la 4T, aunque buscando elevar el costo de su lealtad, como recientemente lo hizo el partido Verde en el caso de su alianza para la contienda electoral en el Estado de México.

Así el escenario político electoral en el último tercio del gobierno de la 4T.

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