Carlos Ramos Padilla
Si esperábamos benevolencia y generosidad de Trump, en que mar de tonterías nos manejábamos. Desde su visita a México, Trump fue agresivo, mentiroso y retador, pero ayer llegó ya al extremo, se cansó y lanzó la advertencia, el Ejército, después aclaró, la Guardia Nacional, tomará el control de la frontera con México «porque allá tienen reglas y leyes fuertes y aquí no», sentenció. Y todo el arrebato se desprende de una caravana de hondureños que intenta cruzar nuestro territorio para llegar a los Estados Unidos. Trump enfático, con gesto de molestia, señala que esta caravana ya se disolvió porque presionó a nuestro gobierno y advirtió que si no frenaba esta andanada migratoria cancelaría el Tratado de Libre Comercio, y aquí hay varios puntos a razonar. Trump, nos guste o no tiene sus razones y esta defendiendo lo suyo, cosa que debería hacer México. El gobierno, el nuestro, no nos informa cómo es que estos centroamericanos están en el país, en calidad de qué, quién los protege, cuánto nos cuesta, cuántos de ellos se quedan ya en permanencia en México, cómo es que ingresaron?. Ese punto débil, poco franco y claro nos los debe explicar la administración de Peña Nieto. Que lleguen hasta Estados Unidos o no, ese ya es otro cantar. Y es cierto, nuestra frontera sur se caracteriza por el paso de ilegales y la explotación cínica a los migrantes, eso con todo y el enfado de la Secretaria de Gobernación y de Relaciones Exteriores que en sendos comunicados intentan defender la soberanía nacional a razón que nosotros solitos decidimos que hacer en nuestra propiedad, la nación. Muy machos, pero aquí en corto nos saben ni que responder cuando la Comisión Nacional de Derechos Humanos pregunta, y dónde están los 32 mil desaparecidos, ola injerencia de los marasavatruchas, o los extranjeros que viven al interior del auditorio Justo Sierra, secuestrado en al UNAM, o cuando nos enteramos que la mayor parte de los robos en casa habitación en la Ciudad de México están involucrados bandas de colombianos, o la trata de personas por la mafia rusa en la merced. Es un reto mayúsculo enviar a las tropas gringas al control de la frontera, suena rudo, pero si lo hacen en su patria ellos deciden también y tienen derecho a hacerlo., como nosotros de tomar las disposiciones, que no se ven, para frenar el tráfico de drogas y armas en la linea divisoria. Pero a ver, nos asustamos de que saquen a sus tropas a cuidar su territorio, pero que aquí no llevamos años con soldados en todas las calles y carreteras, en rancherias y ciudades para combatir a los narcos y sin siquiera darles apoyos legales a los militares?. Que no lo decidimos por nosotros mismos,? o qué, aqui si y allá no? o cómo está la cosa? y que conste que es pregunta.