Carlos Ramos Padilla
Hoy inicia en la Ciudad de México la quinta ronda de renegociación del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá. México está y llega sólida e insistimos, con la mejor propuesta de los tres países. El bipolar trump se dice y se contradice. Ha negado la posibilidad de firmar el acuerdo comercial pero en las últimas horas ya definió que si le entra pero con revisión cada cinco años, lo cual eleva a una gran incertidumbre a los inversionistas porque resulta muy corto el plazo de operación para lograr inyectar dinero en plantas de producción que en corto plazo podrían ya no funcionar. El equipo de negociadores mexicanos lidereados por Ildefonso Guajardo, Secretario de Economía, perfilan expedientes que cuidan y mucho a cada sector involucrado. El textil ha levantado la mano y el agropecuaria también. Son dos áreas sensibles para las tres naciones sin menospreciar a otras que ejercer importante actividad en la economía tripartita. México no se ha cerrado las puertas en otras geografías, hemos entendido que la diversificación es mejor y sabemos bien que China se está convirtiendo en un eje de control monetario, de mercancías y de deuda que podría poner en jaque no sólo las operaciones comerciales del bloque norteamericano, sino del continente mismo. Incluso México, ha decir de los funcionarios de primer orden, no está especulando ni lo hará, pero si tiene en consideración todas las variantes incluyendo un plan B emergente que significaría romper con su mejor socio comercial, los Estados Unidos. El impacto en migración será irreversible tanto para el flujo de los que vienen y van como para quienes ya están establecidos en la Unión Americana legales o ilegales. Las consecuencias pegarían en todos los ámbitos incluyendo a la Reforma Educativa que se vería obligada no sólo a atender, sino a recibir a miles de expatriados. Sin embargo, por su situación geopolítica, México es polo de atención muy importante para los europeos y los asiáticos. Pero tenemos muy en claro que al sentarnos en la mesa con Estados Unidos, nos enfrentamos a una política incierta y amenazante que tiene en tensión a todo el planeta.