Se comenta solo con…Pepe y el PRI


Carlos Ramos Padilla

Para muchos el PRI ya murió, lo asesinaron, lo enterraron. Para otros el PRI es el único partido político que presenta experiencia y alternativas. Algunos piensan que el cadaver se llama PRD. Y hay quien se atreve a calificar al Verde, al del Trabajo y a Movimiento Ciudadano como rémoras que limpian los desperdicios de otros. En fin, el PRI necesita una refundación, una regeneración, una renovación, un cambio, una reestructuración o un masaje revitalizador, como usted quiera llamarle. Hasta el momento nadie se atreve a extenderle un acta de defunción ni una factura por tratamiento en terapia intensiva. Vamos muchos traidores ni siquiera le agradecen al PRI haberlos formado en su escuela política para hoy gritar desde otros partidos acusaciones a su tutor e instructor. Y ahí están los nombres. De los actuales aspirantes a presidir al PRI hay uno que destaca por muchos elementos. Es una autoridad en todos sentidos. Un universitario ejemplar, un mexicano a toda prueba, un conciliador, formador y culto. Esas podrían ser sus mejores tarjetas de presentación pero tiene otras de enorme peso. Veamos, lealtad, institucionalidad, congruencia e integridad. Como negociador ha resuelto los más graves conflictos en la mejor universidad de Iberoamérica, la UNAM. Como político ha sabido defender sus causas y sus orígenes. Como ser humano su calidad y calidez son intachables. Como amigo, ahí si no entra a negociaciones, simplemente se entrega. Una de las pruebas más visibles de lo que aquí argumento es cuando en una entrevista pública le cuestionaron “¿politico o universitario?” con la firmeza que lo caracteriza enfatizó “universitario” y cuàl era la razón? trabajaba como Rector de la UNAM. Déjeme platicarle una anécdota que él bien recuerda. Todavía como director de la Facultad de Medicina le hice una entrevista para el programa de “Va En Serio” de canal 34 de TV. Ya fuera del aire, en su oficina le dije, “Dr Narro no se si usted merezca ser rector de la UNAM, pero la UNAM si merece un rector como usted” y no me equivoqué. Es reconocido el enorme avance académico, cultural, recreativo, de presencia, de competencia, de estampa que le dio a la Casa de Estudios, la máxima en Latinoamérica. Al ser premiado por unanimidad por la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión con su Presea 2018, por cierto junto con otro galardonado, también de vanguardia, Enrique Graue, recibió un enorme reconocimiento de los asistentes. Es un hombre ingenioso, seductor y muy, pero muy inteligente que no sabe relacionarse con golpes bajos ni navajazos, siempre con argumentos y la razón. No fue casual que por años se entendiera con los sabios de la nación y la inteligencia de mayor valor de Mexico, sus jóvenes universitarios. Y este texto no es para hacer apologías, es para estampar un retrato fiel de una biografía que el mismo ha escrito. Y así lo reseño porque esa es la calidad que merece un partido político como el PRI, para demostrar que en el país se puede ejercer una política limpia, con clase y estatura. El PRI, lejos de dispararle a mansalva debe colocarse como un equilibrio necesario en el ejercicio del poder público. Como así tendrían que hacerlo todos sin excepción. Las naciones de vanguardia y fortaleza lo han hecho consolidando su democracia y permitiendo un enorme privilegio y obligación de la sociedad, determinar su forma de gobierno y la auditoría justa a los recursos de la nación. Después de leer estas líneas sobra que me refiero a José Narro Robles.

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