Se comenta solo con…Ejercicio cerebral


Carlos Ramos Padilla

Para demostrar capacidad, emoción, talento, reacción, reflejos y hasta cariño se ha de ejercitar al cerebro y oxigenarlo de tal forma que los resentimientos, amarguras, mentiras y hasta ofensas queden relegadas. Un cerebro enfermo acostumbra a atacar a los demás, a inventar eventos para justificar errores, a descalificar para llamar la atención. Un cerebro sano por el contrario, abunda en éxitos, gusta compartir, disfruta triunfar, es generoso, cauto pero siempre en alerta. Tener vínculos humanos, socializar, protege al cerebro, el aislamiento no ayuda. El optimismo es vital, es necesario. Producir con satisfacción, generar cambios y beneficios, superar etapas adversas genera desafíos para el cerebro pero siempre con ánimo de salir avante. A esto hay que sumar el impacto del ejercicio físico que refuerza al pensamiento creativo, a la necesidad por conocer más en áreas no descubiertas. Dieta saludable y ocho horas de sueño dan equilibrio. Todo esto ayuda a controlar acontecimientos extremos, recordemos, y es muy importante, que de la manera que pensamos es la manera en que sentimos. Y esto no es un informe académico, ni psicológico. Uno crea la realidad y de la manera en que cambiemos nuestro pensamiento construiremos distintos sentimientos. Esta es una mera fotografía que nos sirve para entender a los demás y sus ocurrencias. Es, de algún modo, tratar de comprender la diferencia entre quienes hacen el bien y quienes destruyen, aquellos que saben pronosticar logros a diferencia de los otros que viven en la paranoia y en la mentira. Y por supuesto los efectos pueden ser devastadores para una gran masa o alentadores para las enormes colectividades. Y escribí con toda intención “masa” y “colectividades”. Las primeras, las masas, son núcleos numerosos de personas que ni piensan ni razonan, no tienen propósitos pero se conducen incondicionalmente a señales recibidas. Las colectividades se nutren del razonamiento, presentan diferentes intereses, metas, desarrollo pero saben convivir, compartir y debatir. Ahora nos toca a cada uno de nosotros decidir dos cosas, una, ejercitar el cerebro para crecer y dos, pertenecer a colectividades activas, de lo contrario, perderemos entusiasmo y seremos, así de fácil, manipulables, engañados y controlados. Alguna similitud con eventos recientes y personajes de fama pública es mera casualidad.

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