ALFA OMEGA: El Prof. Hank Pudo Ser Buen Presidente de México


Carlos Hank Gonzalez

JORGE HERRERA VALENZUELA

México pudo haber tenido un presidente llamado Carlos García González”, así lo escribió José Martínez Mendoza en su libro titulado “Las enseñanzas del profesor: Grupo Atlacomulco de Hank González a Peña Nieto”, una narración muy completa sobre la vida de un hombre que “llegó a acumular tanto poder en lo económico y  lo político, que se convirtió en un personaje intocable” y afirmó el autor: “fue el caso del profesor Carlos Hank González, cuya máxima ambición era llegar a la Presidencia de la República”.

El 11 de agosto se cumplieron 8 años del fallecimiento de uno de los últimos políticos-políticos del Siglo XX, Carlos Hank. Hijo de un militar alemán que huía de la Primera Guerra Mundial y se refugió en Santiago Tianguistenco, Estado de México, donde conoció y se casó con la joven Julia González Tenorio; él se llamó Jorge Mario Hank Weber, quien murió cuando su hijo Carlos apenas tenía 8 años de edad y quedó bajo la tutela de su abuelo, don Catarino González, nombre que fue impuesto al rancho de la familia.

Siempre despierta polémica comentar en torno al líder del Grupo Atlacomulco, el profesor que contrajo matrimonio con la también profesora María Guadalupe Rhon García y fueron padres de Carlos, César, Ivonne, Marisela, Jorge y Cuauhtémoc. El primogénito es padre del número uno en Banorte y, ¿qué creen?, el joven banquero se llama precisamente Carlos Hank González; su abuelo materno fue el empresario regiomontano Roberto González Barrera, el del Grupo Maseca, trasnacional mexicana.

De hecho fue a los 19 años de edad cuando comienza la vida política de Hank González, aquel niño cuya  humilde familia lo arropó hasta que él decidió ir a Toluca, consiguió una beca y realizó sus estudios hasta llegar a la Normal. En ese entonces es electo secretario general de la Federación de Jóvenes Revolucionarios del Estado de México. Conoce al internacionalista Isidro Fabela Alfaro que habrá de abrirle todas las puertas para entrar a la política.

Martínez Mendoza en su novela política refiere dos detalles muy importantes. Primero cuenta que doña Julia decidió casarse con el zapatero, cantinero y talabartero Trinidad Mejía Ruiz. Ella le propuso a su pequeño hijo que adoptara el apellido Mejía, pero Carlitos decidió no hacerlo. También nos hace saber que el abuelo paterno pretendió que el niño fuese llevado a Alemania, para que no se perdiera el apellido Hank; hubo intento de secuestro cuando Don Catarino y su hija Julia estaban oyendo misa. El pueblo se dio cuenta y armó gran escándalo, rescatando al niño.

Bueno, he ahí un resumen de la amplia narración que hace el autor del citado libro. El profesor que tuvo como primer medio de transporte, una bicicleta, para ir de su casa a la escuela donde impartió clases, en Atlacomulco, e inició su carrera como sindicalista magisterial, luego presidente municipal de Toluca. El siguiente paso, ganar la elección como candidato a diputado federal en la primera legislatura del régimen del licenciado Adolfo López Mateos, su paisano; aún no se les decía mexiquenses, sino “tolucos”.

POLÍTICO CON VISIÓN Y AMBICIÓN

Ni duda cabe que el profesor Carlos Hank González, nacido un 28 de agosto de hace 92 años, fue un hombre visionario y con ambiciones desde su juventud. La política lo atrajo y él, como alguna vez me dijo Carlos A. Madrazo Pintado, para entrar a la política primero hay que asegurar la economía familiar. Esto me hace recordar la frase del mexiquense: “Un político pobre, es un pobre político”. El profesor tuvo un apoyo invaluable, como lo comenté en párrafo anterior, en el jurista Isidro Fabela y decían, que éste personaje recibió del Presidente López Mateos la concesión de una docena pipas de Pemex y las mismas fueron cedidas a Hank, comenzando así la administración de recursos hasta alcanzar el poder político y el económico, a nivel nacional.

Al profesor lo conocí y traté cuando era diputado federal y compartía su despacho, con el también legislador, profesor y abogado Miguel Osorio Marbán, quien nos presentó. El maestro Hank solía invitarme a tomar café e iba por mí a las puertas del edificio de La Prensa. Tuvimos una relación amistosa de muchos años y de él siempre recibí atención personal, nada material ni económica. Cuando hacía comentario periodístico en relación a él, impreso o radiofónico, a la hora de la comida me llamaba telefónicamente a casa, para darme las gracias y dejarle saludos a su paisana, mi esposa.

Nuestros encuentros fueron frecuentes cuando dirigía la Conasupo, lo mismo en su despacho de gobernador en Toluca. Coincidimos en Aeropuertos y Servicios Auxiliares, pues Hank era parte del Consejo de Administración, en su calidad de secretario de Turismo; me desempeñaba como coordinador de Comunicación Social con el economista José Andrés de Oteyza. También nos saludamos en Guadalajara, cuando como secretario de Agricultura, el profesor fue como representante presidencial a un informe del gobernador; en esos días principiaba mi gestión como magistrado unitario agrario.

Un artículo constitucional le impidió a Hank González ser candidato presidencial, por, el origen de su señor padre. El aspirante a la Presidencia de México debería tener padres nacidos en el país. Su brillante labor como Jefe del Departamento del Distrito Federal, no sirvió para cumplir su deseo. Por cierto, desde esa dependencia, en una ocasión el Regente me habló por teléfono para decirme: “Jorge lo espero en mi despacho, vamos a platicar. Por favor venga con su esposa, deseo saludarla”. Fuimos recibidos y hubo una charla muy afectuosa.

Igual que muchos mexicanos sigo pensando que el profesor Carlos Hank González pudo ser un gran Presidente de México, porque su actuación como gobernador del Estado de México también proyectaba a un político experimentado, humano y de gran sensibilidad como lo describe el exgobernador y gran amigo Ignacio Pichardo Pagaza en su libro “Anatomía de un Gobierno Singular. Seis años con Carlos Hank 1969-1975”. Nacho no era amigo del profesor, quien lo invitó a ser secretario de finanzas y después lo ascendió a secretario general de Gobierno. La amplia carrera política de Pichardo Pagaza la comentaré en otro momento.

FÉLIX FUENTES PRESENTÓ SU LIBRO

Pues, hoy me complace comentar que dos días antes de cumplir sus primeros 86 años, mi querido compadre Félix Fuentes Medina, nos entregó su libro de 334 páginas titulado Félix Fuentes ¡Reportero!, donde narra desde su inicio como reportero en el diario ABC, su paso por La Prensa, donde durante 8 años compartimos como  reporteros de la “fuente policíaca”. Más adelante sabemos de sus vivencias como columnista político y de las experiencias en su trato con los Presidentes de México y termina haciendo referencia a sucesos del comienzo de este sexenio llamado de la Cuarta Transformación.

Teodoro Rentería Arroyave hizo una remembranza de aquellos días contados a partir de enero de 1960, en el comienzo de la aventura periodística en los asuntos policíacos, de los cuales él, Teodoro, fue el pionero en la trasmisión radiofónica desde el lugar de los hechos. Recordó la alianza profesional con Félix, Jorge Herrera V., de La Prensa, y Silvestre González, Fernando Aranzábal y Toño Ortega, de Excélsior. Los reporteros éramos hasta “detectives” con tal de ganar la nota, de llevarnos la exclusiva, de ganar a los agentes del Servicio Secreto, en la investigación de homicidios o robos.

La ceremonia para mí revistió momentos de recuerdos sentimentales al escuchar los cariñosos conceptos Pablo Fabio Fuentes Villalobos dirigidos a su padre. Fabio es ya un joven competidor nuestro en las lides periodísticas. Oír a mi muy querida excompañera de Radio ABC Internacional, Tere Vale. También intervino Carlos Pérez Grovas, compañero de Félix en TV Azteca. Además estuvo presente mi gran amigo Eduardo Camacho González, compañero y amigo de Félix desde los días de su juventud en el Internado Rafael Dondé. También saludamos a Raúl Sánchez Carillo, quien actualmente comparte con Félix Fuentes en ADN 40, de Tv Azteca.

El personaje que recibió un reconocimiento póstumo, mencionado por Fabio, Teodoro y Félix, fue el inolvidable jefe, amigo y compadre Manuel Buendía, con quienes compartimos la época de oro del diario La Prensa, 1960-1963, bajo la dirección del ilustre hijo de Zitácuaro, Michoacán.

¡Ah!, no puedo pasar por alto que mi estimado compadre Félix Fuentes Medina es un ilustre mexiquense, originario de San Bartolito, municipio de Huixquilucan.

P.D. Desde estas líneas envío en mi nombre y de la Familia Herrera Navas nuestro más sentido pésame y un abrazo solidario a Yessica Acosta Ruiz y a sus hijos, por el fallecimiento de su esposo  y padre Jorge Bobadilla Durán, elevamos nuestras oraciones por su eterno descanso…No deje de leer los interesantes artículos, comentarios y análisis políticos que se publican en El Ciudadano, periódico mensual que dirige Luis Gutiérrez Rodríguez, presidente de la Comisión Nacional Editorial de Movimiento Ciudadano… Un saludo fraternal para mi amigo y colega, desde tiempos preparatorianos, Héctor Murillo Cruz, cuyos comentarios periodísticos extrañamos. Le deseo todo lo mejor y que pronto volvamos a leer Cronolíneas.

jherrerav@live.com.mx

 

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